No tengo duda en el cambio del país que ansiosamente se espera después de ver la reacción del pueblo que aspiramos a que sea sin duda bueno, ya que no hay razón para que así no lo sea.
Todos sabemos las dificultades por la que hemos pasado y posiblemente en un corto tiempo mas será dificultoso mientras que se agarra el paso para seguir hacia delante, unidos sin exclusión, que a todos nos beneficie siempre y cuando exista el optimismo como aliado a la voluntad de hacer y no deshacer, como ha sido el caso de estos más de tres lustros que han golpeado hasta la esperanza y coartado la creatividad.
Recordemos un mensaje que nos dejó la Madre Teresa de Calcuta: “que esto nunca prive a nadie de la esperanza porque puede ser la única que el posee”, pues en los últimos días revivió la esperanza acompañada de ánimo, deseo de hacer, construir y contribuir para el país.
Mi deseo como siempre es despertar el ánimo a los hacedores, productores y toda la gente de buena voluntad. Me atrevo a realizar una anticipación positiva de que no desmayemos, trabajemos más y pongamos a funcionar nuestro cerebro en positivo, que los inconvenientes sean parte de nuestro hacer y por cada uno de ellos consigamos muchas soluciones que sirvan como parte de los beneficios y no sean obstáculos para seguir adelante, sin olvidar que Dios ilumina para ser siempre parte de la solución y no parte del problema, “sin olvidar que jamás el esfuerzo desayuda a la fortuna”, esto lo dijo: F. Rojas. Ha llegado el momento de descubrir o buscar oportunidades en tiempos de crisis e incertidumbre que no dejen espacio al pesimismo.
Este mensaje va sobrecargado de mucha fe, a los amigos por quienes siento un gran respeto y admiración, al sector productivo privado, que a pesar de los embates y ataques por todos los frentes ha guapeado con dignidad y se ha mantenido a pulso, ha hecho esfuerzos propios al lado de su gran amor que es el país y el trabajo, esto especialmente al sector mas sacrificado, el agropecuario. No desmayen, si pudieron durante estos largos años ahora con más razón, ánimo, nada de echar para atrás; es el momento de autoabastecernos y demostrar que si le quitan los obstáculos aquí sobrará de todo y hasta se volverá a la exportación y al ingreso de las divisas y no extraerlas. Acompañemos con fervor al noble productor del campo, con pasos firmes y números claros, no le hagamos honor a Oscar Wilde cuando dijo que «la experiencia es el nombre que todo le damos a nuestros errores”, y hasta tenía razón.
Rafael Marcial Garmendia, jamás pensé que me iba a referir a él en mis artículos en una forma triste y dolorosa que nos dejó este gran y original amigo en el momento menos esperado. No pudo disfrutar de una de las tantas cosas que él deseaba haber vivido y por lo cual tanto empeño y trabajo puso. Se fue nuestro entrañable amigo justo en el momento que más era necesario, fue un luchador gremial a tiempo completo, siendo un hombre vertical en sus posiciones. Tuvo la virtud este gran dirigente de convivir al lado de la humildad, fue un hombre que en su trayectoria hizo honor a un mensaje de José Martí: “El verdadero hombre no mira del lado donde se vive mejor si no del lado donde esta el deber». Ese fue mi amigo de muchas décadas Rafael Marcial Garmendia, cuando participábamos juntos en cualquier tarea había conciencia que era una carga pesada que todos debíamos empujar y no mirar para los lados para no ver el esfuerzo de las personas buena voluntad.
Con profundo sentimiento y en unión de mi familia, me uno al dolor de familiares y allegados que ha causado la desaparición física de Rafael Marcial Garmendia, con quien me unió una inquebrantable amistad.