El sector cultural siempre ha enfrentado desafíos, coinciden varios entrevistados. Se trata de un grupo que no ha sido prioridad para las autoridades en cualquiera de los niveles de Gobierno. A propósito de la realidad económica, política y social, esa situación de sector olvidado se ha acentuado, sobre todo cuando los presupuestos para los programas culturales varían descontroladamente por la inflación y los recursos asignados, incluso a los propios organismos culturales, son insuficientes.
Benjamín Terán, presidente del Ateneo de Cabudare, sostiene que los retos son permanentes y vienen acumulándose porque pese a nuevas disposiciones y cuerpos jurídicos que buscan inyectarle vigor al sector, se concreta muy poco.
La propia situación política no permite hacer viable un proyecto macro para la gestión cultural, más diverso y creativo, que se traduzca en nuevas fuentes de financiamiento.
“El trabajo que realizamos para los niños a través de Contemos bajo la Ceiba es todo un desafío. Creemos que el ejecutivo nacional, regional y municipal debe sincerar las necesidades del sector, de la creación en general, la producción literaria, que no se expresa por la realidad que nos embarga”.
Terán precisó que los esfuerzos, el compromiso y el tesón se mantienen porque no podrían, por ejemplo, dejar a los artistas sin el Salón Héctor Rojas Meza, hoy convertido en bienal.
“No podemos dejar a los creadores sin su confrontación plástica. Vamos a continuar con este proyecto de una manera más persistente con el propósito de garantizarle los recursos correspondientes. Además de eso existe una nómina a la cual cumplir, gastos por infraestructura, programas, entre otros”.
Pese a las proyecciones de los economistas es preciso mantener el norte de la actividad cultural. El sector no ha tenido las de ganar a su favor por lo cual es un desafío permanente, aseguró el docente universitario.
Adelantó que el sábado 23 de enero a las 7:00 p.m. se inaugura una muestra colectiva con los más recientes trabajos de los ganadores del Héctor Rojas Meza. Será una antesala a la bienal que se efectuará en julio.
“Diseñamos una propuesta para asumir los desafíos con entereza”.
Positivos
“Queremos ser positivos pese a las adversidades”, declaró Elienay González, productor general de la Unión de Narradores Orales de Venezuela (Unoes). La situación económica es el mayor desafío para todas las actividades culturales, apuntó.
“Habrá que saltar esas trabas de alguna manera para seguirle llevando a la colectividad nuestras iniciativas, sobre todo un Festival de la Oralidad, con más de 20 años, que es parte de los larenses. Se trata de un evento que la gente pide y espera”.
Adelantó que uno de los patrocinantes confirmó su aporte, sin embargo, otros no se han pronunciado.
“Tenemos fe y creemos que sí nos llamarán como hasta ahora lo han hecho, creemos que cumplirán con su palabra”.
González destacó que continuarán con los Lunes Culturales en el Colegio de Médicos del estado Lara y La Ruta de las Tizas, programas que se auto gestionan, también con la Escuela de Narración Oral. “Creemos que podemos seguir adelante con el formato del festival del año pasado. El Gobierno en general siempre ha tenido otras prioridades, si bien son importantes, la cultura también lo es porque alimenta el espíritu, nutre la sensibilidad. La cultura ha sido la cenicienta del sistema. Los espacios para la cultura también son prioridad”.
Expectativas
Todos al comienzo de año tenemos expectativas, proyectos, propuestas e iniciativas, a final de año, vemos que se concretó un porcentaje pequeño. Esto ocurre porque el sector cultural no escapa a la realidad. Es terrible planificar con tan poco presupuesto, argumentó Al Vanegas, artista plástico, gerente cultural y museógrafo.
El sector es el último en ser atendido, por eso los retos siempre están allí, cada año los desafíos son mayores pero nuestro trabajo y el de todos los creadores no se detiene.
“Hoy en día es muy difícil o extraño ver que un organismo oficial auspicie una muestra de arte o a un artista plástico para que exponga a escala nacional o internacional. Creo que la música y el cine están mejor en estos momentos”.
Vanegas insistió que el trabajador cultural siempre ha luchado contra las adversidades. Si bien, es ciertamente independiente requiere apoyo.
Destacó por otra parte que la empresa privada está muy golpeada, por lo cual ha dejado de aportar como lo llegó a hacer en un pasado.
En ese sentido valoró el esfuerzo de la Fundación Bell, la cual editó un libro dedicado a 47 artistas larenses. “Eso es un oasis en medio de este desierto”.
Además de la asignación de recursos a Vanegas le preocupa la formación y la preservación de nuestras tradiciones. Esos también son desafíos, señaló.
“El Ateneo de Cabudare, por ejemplo, lucha contra una realidad aplastante”.
Reinventarlo
A juicio del cronista Iván Brito López, al sector cultural hay que reinventarlo, lo cual parte de una evaluación de lo que se ha venido haciendo los últimos años, eso implica poner en marcha ciertos mecanismos para reactivar la cultura.
“Implica que la política quede de lado. Esto es con ambos bandos. Tienen que entender que un acto cultural no es para favorecer a una tolda política o hacer propaganda y eso está ocurriendo”.
Los pecados que tanto comete el oficialismo, al hacer proselitismo, también los ha puesto de manifiesto la oposición.
“Se trata de cultura, de disfrutar un concierto, película, obra de teatro, exposición. Para eso están los catálogos. El mayor desafío es dejar eso de lado porque a la gente no le gusta. No es agradable”.