Levantarse del piso en medio de una balacera fue la sentencia de muerte para Edgar Ramón Rodríguez Campero, de 40 años, quien fue herido por un proyectil en la parte posterior de la cabeza, a las 11:13 de la noche del domingo, cuando se encontraba en casa de su hermana en la calle Simón Bolívar, sector Independencia, de la invasión 4 de Febrero, en Portachuelo, al norte de la ciudad.
Fueron a robar
Rodríguez Campero residía en San Lorenzo junto a sus cuatro hijos y su esposa; se ganaba la vida como albañil. El domingo fue de visita a casa de su hermana en Portachuelo y decidió quedarse porque el lunes arrancaba con un trabajo en Carorita, como maestro de obra, y le quedaba más cerca de su trabajo.
El albañil compartió todo el día con su hermana Yarlenis Campero, su cuñado William Medina y dos sobrinos.
A las once de la noche, en la invasión, aparecieron un grupo de cuatro hombres armados, quienes pasaron primero por un ranchito hecho de tablas, el cual estaba abandonado, se trasladaron hasta la vivienda del señor Medina, hecha de laminas de zinc, pintado de azul y signado con el número G-19. Los sujetos intentaron entrar a robar, pero los que estaban allí no los dejaron.
“Abran la puerta, salgan de allí”, gritaban los delincuentes según relató una de las vecinas, quien también contó que ella tenía las luces apagadas y lo que hizo fue agarrar a su bebé y resguardarse.
De pronto los sujetos le dieron una patada a una puerta de madera que funciona como cerca y entraron a la vivienda comenzando a disparar en repetidas oportunidades.
Todos los que estaban dentro de la casa de Medina se lanzaron al piso, pero el señor Rodríguez Campero se levantó cuando no debía y, en ese instante, un proyectil atravesó el zinc e impactó en su cabeza.
La hermana del hombre, al verlo herido, comenzó a gritar pidiendo ayuda y los criminales escaparon.
Medina, quien tiene un carro que lo utiliza de rapidito, sacó a su cuñado y lo trasladó hasta el Seguro de Barrio Unión y desde allí fue referido hasta la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, en donde fue ingresado a las 11:48 de la noche.
Todo un día se mantuvo bajo estricta vigilancia médica fue atendido, pero no había nada que hacer: según el diagnóstico el proyectil le había causado muerte cerebral.
La madre de Rodríguez Campero fue alertada de lo sucedido y se vino desde la ciudad de San Cristóbal. Llegó la noche del lunes y una vez que vio a su hijo, a las 11:45 de la noche, falleció.
Están azotados
Residentes de la zona que no quisieron identificarse por temor a represalias manifestaron que desde hace un año viven azotados por un grupo de delincuentes, quienes acuden a la zona a robar las viviendas sin importar que estén sus residentes. Han llegado a robar hasta cinco en un día. Explican que la invasión no cuenta con alumbrado; solo tienen unas tomas realizadas por ellos mismos y son bombillos pequeños los que colocan, a pesar de que tienen cinco años de fundada la comunidad no tiene recorrido policial alguno.
Desconocen de dónde vienen esos delincuentes, lo cierto es que cuando llegan es en grupos de más de cuatro personas. Hace aproximadamente un mes irrumpieron en una de las viviendas e hirieron a un señor y este es el primer desenlace fatal que tienen en todas estas incursiones delictivas de las que están siendo víctimas.
Hacen un llamado a los cuerpos policiales para que tomen cartas en el asunto. Indican que son muchos los niños que viven en la zona y ya acabaron con la vida de un inocente; no quieren que suceda otra tragedia en la zona.
Funcionarios del Eje de Homicidios, del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) fueron hasta el lugar de los hechos para hacer las pesquisas e iniciar las primeras averiguaciones del caso.
Se resistió
José Alberto Rivero Vargas (40), fue ingresado a la emergencia del Hospital Central a las nueve de la noche del lunes, con un disparo en el pecho.
El hombre, quien es comerciante, estaba llegando a su vivienda en la carrera 28 entre calles 15 y 16 y fue interceptado por tres sujetos armados que pretendían despojarlo de su vehículo.
Al resistirse al robo le dispararon. Los delincuentes escaparon sin lograr su objetivo y sus seres queridos trasladaron a la víctima al primer centro asistencial.
