A los 74 años de edad muere Rafael Marcial Garmendia y un halo de incredulidad se expandió entre los millares de personas que le conocían y apreciaban. Siempre activo no dejaba resquicios para suponer que un episodio clínico pudiera acabar con su dilatado entusiasmo juvenil por las luchas ciudadanas.
Desde niño descolló como un líder carismático e inteligente sin que este don natural se convirtiera jamás en arrogancia o prepotencia, sino en pasión por el servicio social guiado por un profundo sentimiento de humildad católica, condición moral que refieren sus amigos más allegados y de la cual puede dar fe este articulista cuando le tocó informarle que su finca había sido invadida, a lo cual respondió. “Están obrando mal, Dios me hará justicia”.
Rafael Marcial fue exitoso en todo lo que emprendió. En Caracas, estudiando en la Universidad escogió el ping pong como deporte y fue campeón centroamericano y representante venezolano en varios eventos internacionales. Con apenas 19 años le ofrecieron la presidencia de la Federación de este deporte pero la rechazó por considerar que ello perjudicaba a un dirigente de larga trayectoria en esta especialidad deportiva. Valga este ejemplo para evidenciar su virtud de líder que nunca sacó ventajas de coyunturas sino que todo lo alcanzaba en función de sus propios meritos, jamás le hizo falta un atajo para lograr sus metas, era un líder y el éxito su destino.
Obligado por circunstancias familiares interrumpió sus estudios universitarios a mitad de carera para ocuparse de la finca fundada por su padre, allí realizó mejoras que la convirtieron en una referencia nacional dentro de la ganadería Brahma, actividad que combinó con un gran protagonismo gremial que lo llevó a la presidencia de Sogalar y de Apropeco para luego ser electo por varios periodos como presidente de Fedenaga, donde tuvo un desempeño brillante que lo catapultó a la presidencia de Fedecamaras.
Como atleta además de notable palmares en el ping pong destacó como coleador, deporte nacional del cual fue un icono, sino por campeonatos, por el realce que le dio gracias a su presencia como líder empresarial vocacionado a esta vernácula actividad de intenso colorido y musicalidad. También fue con lujo de aciertos presidente de la Liga de Beisbol Venezolano sirviendo como emisario de la suerte para los Cardenales de Lara que obtuvo su primer campeonato bajo su gestión como abanderado del deporte nacional.
Muchos trofeos, placas y reconocimientos adornan el apartamento que fuera morada de Rafael Marcial Garmendia Montesdeoca pero uno de ellos ocupa lugar de honor, el Claudio Ciferri que le fue otorgado por Fedenaga y el cual da testimonio de su verticalidad de hombre justo. Rafael Marcial, bajo amenaza de muerte, se empeñó en el esclarecimiento del asesinato de Ciferri, conluyendo las investigaciones en la culpabilidad de un gran amigo que incluso le había puesto nombre a su primera casa, “La Cimarronera”. Fue, en sus palabras, la decisión más difícil dentro de su vida gremial ya que debía escoger entre la amistad y la justicia y: “No dude ni un momento en optar por la justicia, fue algo duro pero inevitable porque debía acogerme a los dictados de mi conciencia, conciencia que nunca traicioné a lo largo de mi vida”.
El último éxito de Rafael Marcial fue el seis de diciembre del 2015. Este 5 de enero todos sus amigos lo celebrarán con él. [email protected]