En los últimos días del 2015 e inicios del 2016, los devotos de la Divina Pastora empezaron a realizar sus visitas a la iglesia de Santa Rosa, para agradecer y pedir nuevos milagros a la patrona de los larenses.
“Mi hija mayor es un milagro de la Divina Pastora”, comentó Mónica de Hernández, quien cuenta que en mayo de 2010 a su primera hija le diagnosticaron una enfermedad terminal con solo dos días de haber nacido. Relata que ante su desesperación, se encomendó a la Virgen para que salvara a su bebé. “No sólo salvó a mi hija de morir, también es una niña sana. Es como dice mi madre, un milagro perfecto”.
Justo Vicente Solano, de 89 años, agradece a la Virgen por la formación de su familia. “Le ofrecí mi matrimonio a la Virgen el 14 de enero de 1966”, expresó con nostalgia y aclaró que aun cuando su esposa falleció hace un año luego de 49 años de casados, agradece que su matrimonio es un milagro que le ha dado 7 hijos, 33 nietos y 5 bisnietos: “La Pastora me ha dado a mi familia y me ayudó cuando más lo necesitaba”. El padre Rafael Chávez, párroco de la iglesia del pueblo de Santa Rosa, reveló que en el 2015 el número de peticiones a la Divina Pastora ha superado ampliamente al año 2014, como muestra de un fortalecimiento de la fe hacia la Virgen en estos tiempos difíciles. -Las personas le piden de todo a la Virgen, pero principalmente le rezan por la salud de sus hijos y de sus seres queridos. Señaló que desde ayer se hace bintensa la peregrinación de fieles hacia el templo, quienes acompañan a la Patrona de cara a su procesión 160 el próximo 14 de enero.
El turismo se hace presente
Desde inicios de diciembre y ya en enero, se observa como los feligreses visitan la plaza de Santa Rosa, para salir en familia y disfrutar de un sitio recreativo que está rodeado de establecimientos de comida, la Iglesia, el museo y de los puestos que venden piezas artesanales con muestras de la Divina Pastora. Las familias se establecen en la plaza, mientras los niños se distraen y juegan al aire libre. Entre los turistas presentes se encuentra la señora Rosmarili, en compañía de su esposo y sus hijos, quienes viajaron desde el estado Miranda para pasar las fechas decembrinas en Lara. Ellos ven esta oportunidad para visitar a la Virgen y consideran que Santa Rosa es un espacio donde pueden estar seguros. Otras personas aprovechan este pueblo para traer a sus parientes y compartir un rato agradable.