“Después de haber nacido Jesús en Belén de Judea, en el tiempo del Rey Herodes, unos “Magos de Oriente”, se presentaron en Jerusalén, diciendo: ¿Dónde está el que ha nacido, el Rey de los Judíos?, porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo… al ver la estrella experimentaron una grandísima alegría. Entraron en la casa, y vieron al Niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron, abrieron sus tesoros y le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra” (Mateo 2,1-2;10-12).
Aquellos personajes, sintieron la necesidad de buscar a Dios, y se propusieron encontrarlo. Salieron de sí mismos, dejaron sus prejuicios y comodidades y se lanzaron con sincera decisión en pos de la Estrella de la Fe y la Verdad.
En efecto, ellos, indagan, preguntan, se informan, escuchan; caminan; día y noche, deseosos de ese encuentro existencial con el Absoluto, con su Dios.
Conocen personas que le hablan con sinceridad, pero también encuentran a otras que sólo buscaron manipular su fe, experimentaron el cansancio, el engaño, pero mantuvieron siempre una gran esperanza.
Después de mucho luchar, en una actitud humilde y decidida, al fin aquella Estrella luminosa de su fe, los llevó al pesebre de Belén y en la manera más increíble encuentran a su Hacedor, en la ternura y debilidad de un precioso Niño.
Ellos en un gesto de confianza en su Creador, lo adoran, es decir lo reconocen como Dios, postrándose ante aquel Niño Divino; y al entregarle su corazón, inteligencia y vida lo aceptan como su Principio y Fin y le obsequian, incienso como Dios, mirra como Hombre, y oro como Rey.
A partir de allí la vida de aquellos personajes llamados “Magos de Oriente”, se llenó de la auténtica voluntad de Dios.
Dios se da a todos los seres humanos, pero Él quiere que sus hijos, los hombres, desde la libertad y la gracia lo acepten gozosamente.
El se da de un modo muy especial a aquellos que lo buscan con sincero corazón. A El se le encuentra a través de la creación, a través del ser humano, pero también por medio de su palabra, de sus Sacramentos, de las buenas obras, de la justicia y solidaridad. A Dios se le encuentra además en la ciencia, en la técnica, en el arte, en el verdadero humanismo.
Procuremos adorar a ese Dios en Espíritu y en Verdad.
Pongamos a su servicio todos nuestros
recursos y viviremos y haremos vivir, porque Él es vida y hace vivir.
Sigamos siempre la Estrella de la Fe que nos conducirá con certeza a Jesús en el Portal de Belén.
Venturoso Año en Paz y Bien para todos. Que así sea.
«saludo de corazón» por el Año Nuevo 2016
Vaticano, 30 Dic. 15 / (ACI).- «Agradezco a cuantos me han mostrado su cercanía espiritual y me han expresado sus felicitaciones para la Navidad y el Año Nuevo. Yo también de corazón les deseo a todos, a sus familias, en especial a los que se sienten solos, que en la fe puedan experimentar profundamente la presencia del recién nacido Hijo de Dios en sus vidas y gozar su amor, su paz y su alegría ¡Feliz Año Nuevo.
«Que el icono del Nacimiento que contemplamos en estos días los ayude a ustedes, queridos jóvenes, a imitar a la Sagrada Familia, modelo del amor verdadero. Que los sostenga a ustedes, queridos enfermos, a ofrecer sus sufrimientos, en unión con los de Jesús, por la salvación del mundo. Que los aliente a ustedes, queridos recién casados, a edificar su hogar en la roca de la Palabra de Dios, haciendo que sea, con el ejemplo del hogar de Nazaret, un lugar acogedor, lleno de amor, de comprensión y de perdón».
Evangelio
Juan (1,1-18): En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios… En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.”»… Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.
Ruta de la misericordía
En el marco del Jubileo extraordinario de la Misericordia convocado por el papa Francisco, que inicio el 08 de diciembre 2015 al 20 de Noviembre 2016, invitamos a todos a participar el 14 de enero para vivir junto a nuestro pueblo creyente una síntesis de lo que se nos invita a realizar durante todo el año jubilar. Que mejor experiencia que recorrer el camino con María Divina Pastora “Misionera de la Misericordia”.
La Ruta estará comprendida por una serie de estaciones (14), en las que viviremos una a una, de manera continua, las Obras de Misericordia Corporales y espirituales.