Epílogo terrible, decepcionante, frustrante. Noveno inning para no olvidar. Le tembló el pulso a Yoervis Medina y Néstor Molina para que Caracas pudiera revertir una ventaja de tres carreras y voltear la tortilla, 6-5.
Rangel Ravelo hizo soñar a los larenses con un jonrón de tres carreras en la parte alta del tramo nueve y otra vez surgieron esos imponderables que acompañan a Cardenales a través de su historia.
Dorante le dio la bola a Yoervis Medina en el octavo buscando proteger la ventaja de una y su descontrol lo afectó de manera determinante. Dio boleto a Rondón y un sacrificio después, Henry Rodríguez, el gran enemigo en la noche, soltó cañonazo por el centro para igualar.
Con dos outs los guaros revivieron con sencillos de Querecuto y Rivero, antes de un enorme cuadrangular de Ravelo por todo el medio del campo.
Pero este deporte se gana con relevistas de acero, que no perezcan ante los escenarios y por allí se coló el Caracas, aupado por un estadio que no da tregua. Los veteranos se crecieron por los Leones.
González, Cabrera y Torrealba golpearon sencillos para meter una, y un error de Vargas detrás de un sacrificio llenó las bases.
Rondón dio una rola por primera y la pizarra estuvo 5-4.
Instante culminante bolearon a Robinson y Néstor Molina colocó en dos strikes rápidamente a Rodríguez. Después no encontró como dominarlo y en 3 y 2 tuvo que servirle la recta de la derrota.
Otra vez Cardenales dejó muchos corredores, 10 en total, y esa falta de producción terminó liquidándolo en los dos reveses sufridos en menos de 24 horas. Un club que ganó 33 queda fuera otra vez. Tiempo de revisar, reposar y volver a la carga. Habrá que corregir detalles, buscar una generación ganadora y con mucho temple. Otra vez sin béisbol en enero.