A un cuarto para las seis de la mañana repicaron las campanas de la iglesia San Isidro. El ambiente se tiñó de aguinaldos, tintineos y cohetes.
Las campanadas, en señal de la celebración de la primera eucaristía, atrajo a propios y visitantes. El frío característico del Jardín de Lara no amilanó los ánimos.
Los Zaragozas ya se acercaban. El sonido multiplicado de los cascabeles delataba a los protagonistas de esta antigua conmemoración en honor a los Santos Inocentes.
Los disfrazados llegaron. Venían del Rompimiento que se realizó como es costumbre en casa de la señora María Valeria de González, capitana organizadora y encargada de inscribir a los participantes.
En segundos San Isidro se colmó de colores. Detrás de los vistosos enmascarados venían los músicos. Como siempre, los cantantes del grupo Curigua acompañaron la popular festividad.
En la iglesia no cabía un alma. Se hizo pequeña para tanta gente, lo que enorgulleció al párroco Johan González, quien presidió la misa.
A las 5:55 a.m. entró el señor Severiano Alvarado con el cuadro que inmortaliza la matanza de los niños, orden del temido Rey Herodes. “Esos niños pasaron del abrazo de su madre al abrazo del padre eterno”, expresó el cura. En seguida se escuchó el sonido propio de los Zaragozas, representando el llanto de las madres. Se dejó oír repetidamente.
Los mártires inocentes proclaman la vida
Los creyentes escucharon así La Primera Carta del apóstol San Juan y el salmo responsorial que expone que nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
“José tomó al niño y a María, escaparon a Egipto. Herodes mandó a matar a todos los niños menores de dos años. Hoy los disfraces multicolores que atavían, adornan y embellecen a Sanare, recuerdan esa tragedia con esta tradición. Aplausos para los Zaragozas en su día, Que se unen en la fe para recordar el martirio de los inocentes”, exclamó el sacerdote.
Reflexionar
El padre llamó a todos a la reflexión. Invitó a pensar en la vida de aquellos que en medio de su indefensión fueron arrancados de los brazos de sus madres. Afirmó que la vida es un don de Dios por lo cual hay que valorar el sentido de la existencia.
Se recordó durante la misa la muerte de los niños producto del aborto y los actos violentos, asimismo, a los familiares que han sufrido la muerte de un pequeño.
“El objetivo principal de conmemorar a los Santos Inocentes es valorar la vida. El propósito de Los Zaragozas es velar por esta tradición”.
“No es sólo la celebración de la tradición es hacer memoria y recordar la matanza de niños.
Hay otros lugares en el mundo donde todos los días mueren niños a causa de la guerra eso debe conmovernos y llamarnos a la reflexión. Hemos perdido la sensibilidad ante la violencia”.
Todos, dijo el padre, debemos respetar el derecho a la vida, la forma de pensar de cada quien, todos tenemos los mismos deberes y derechos. Que el Señor nos conceda la fortaleza para cambiar. Nos urge una mejor calidad de vida, eso depende de cada uno de nosotros”.
El párroco apostó por un municipio de mayor conciencia, por un municipio donde cese la delincuencia y le haga honor al nombre Jardín del estado Lara. “El bien debe estar por encima del mal. Todos debemos velar por la defensa de nuestros niños”.
Preservar la tradición
Más tarde, en la iglesia Santa Ana, se realizó la homilía central presidida por el párroco Jairo Martínez. La actividad estuvo precedida de cohetes, campanadas y música.
“Hay muchos niños que siguen siendo víctimas de abusos”, adelantó el cura como especie de antífona.
Luego de eso se efectuó el canto de entrada, se bendijo el agua y se roció a la masiva asistencia a fin de purificar los pecados.
“Si en la tierra se canta en el cielo se oye”, cantaron los fieles.
Llamado de atención
Tras el Evangelio de San Mateo, el sacerdote precisó que más que un nuevo 28 de diciembre para compartir, festejar y recordar a los inocentes, víctimas de Herodes, es necesario sacarle provecho al día, comenzando por reconocer el interior de cada uno de nosotros. No permitir que sea simplemente una tradición.
“Hay que dejar de lado el pecado, la manera equivocada de vivir. Este día significa pagar una promesa y una promesa significa que se empeñó la palabra y no se puede pecar por negligente. Hay que cumplirle a Dios. Hoy en día se hacen muchas promesas y no se cumplen”.
Los Zaragozas, dijo, empeñan su palabra, eso no es cualquier cosa.
“Dios no castiga pero como hijos quedamos mal al no cumplir con lo prometido. Muchos Zaragozas no entran al templo. Solo se disfrazan para pasar un día diferente. Otros se aprovechan del disfraz para cometer vagabunderías. Dios rechaza al Zaragoza que bebe, Dios rechaza el vicio”.
En su llamado de atención el padre mencionó que se trata de una festividad hermosa, que no debe degradar al participante y menos hundirlo en actos inmorales.
Mantenerse sobrios, no emborracharse, no condenarse y atentar contra una tradición religiosa que mancha una conmemoración de la Iglesia católica, fueron las peticiones.
“Se ha degenerado el luto, de fiesta religiosa pasó a fiesta pagana y de luto a jolgorio. Hay mucho que pensar y reflexionar en torno a esta actividad”, lamentó Martínez.
Que no se pierda la esencia
Se apreció cierta improvisación en el recorrido. Aunque hubo resguardo policial, algunas personas fueron víctimas de robos de carteras. El padre de la iglesia Santa Ana denunció que muchas personas se orinaron a las puertas del templo y alrededores de la plaza, lo cual pudo percibirse. Asimismo, se notó el consumo descontrolado de bebidas alcohólicas debido a las ventas de cerveza en las plazas. También, la venta de pitos no acordes con la tradición, usados para los juegos deportivos. Supuestamente no pueden participar disfrazados con máscaras de animales pero estas abundaron. La tradición debe ser evaluada a fin de preservar su esencia.
Jesús Carrasquel: Alegría
“Se hizo un despliegue de 400 efectivos de seguridad entre Guardia Nacional, Policía Nacional y Municipal, Milicia, Polilara, 171 y Protección Civil. Se dotó al ambulatorio de Sanare. Apoyamos con recursos a la Asociación Civil Los Zaragozas, igualmente a los capitanes mayores, también a los Zaragozas del caserío Ira del municipio Torres para un aproximado de 510 mil bolívares. Se apoyó a la Alcaldía de Andrés Eloy Blanco. Participan unos 800 disfrazados más 200 niños”, dijo el presidente de Concultura.
Leo Álvarez: Vistosa
“Soy fotógrafo y realizo trabajos de todas las festividades religiosas de Venezuela. He recorrido gran parte del país para registrar y documentar estas expresiones populares. Vengo de Caracas, es la primera vez que acudo a Sanare. Me ha encantado mucho el pueblo y su gente. En un principio pensé que esta tradición era diferente a Los Locos y Locainas de otras ciudades pero tiene mucho parecido. Los Zaragozas de Sanare tiene más de festivo que de religioso. Me han impresionado los disfraces y máscaras; es muy vistosa”.
Bárbara Lucena: Expresión de fe
“Para los cristianos esta expresión del pueblo es de carácter religioso. Este día nos recuerda la matanza de los niños por el Rey Herodes, quien por su ambición de poder mandó a decapitar a todos los bebés. Herodes intentó acabar con la vida del Niño Jesús y en su propósito acabó con la vida de muchísimos inocentes. No pudo lograr su cometido porque María y José confiaron en Dios. Para nosotros los sanareños esta manifestación tiene de religioso, folclórico, cultural y festivo. Es una tradición que va de una generación a otra”.
Isidro Piña, prefecto: Patrimonio
“Desde que los Diablos Danzantes de Yare fueron elevados a Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco nosotros nos activamos para que eso también ocurra con Los Zaragozas porque esta es una tradición que data del año 1533. La sociedad civil organizada y los organizadores debemos trabajar para que ese deseo se materialice. Hay que trabajar en eso desde enero y no a partir de los primeros de diciembre porque se improvisa mucho. Una de las condiciones es que la tradición no debe girar en torno al alcohol”.
Bernabé Alvarado: Contento
“Ser parte de esta tradición es algo muy especial para mí, es parte de mi vida porque tengo 70 años en esta tarea que ha pasado generación tras generación. Me siento muy contento porque Dios me sigue dando vida para seguir como capitán mayor. Junto a María Valeria, la capitana y Severiano Alvarado, capitán menor hacemos un gran esfuerzo por preservar esta tradición y darle al pueblo de Sanare esta celebración de Los Zaragozas, que todos debemos cuidar porque ha cambiado, antes era muy distinto, los disfraces, las máscaras y la conmemoración”.
Maritza Angulo: Salud
“Para Sanare la fiesta de Los Zaragozas representa muchísimo. El cuadro que porta el capitán menor, de autor anónimo, significa mucho más que una pintura. Esta manifestación la emprendieron los indígenas en virtud de los cultivos para obtener buenas cosechas. Otra importancia de esta tradición son las promesas de los fundadores y de quienes han seguido preservando esta costumbre. Todos le piden salud a los Santos Inocentes. Hay promesas que tienen más de cien años”, dijo la veladora del cuadro y nieta de promeseros.