El secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, opina en una entrevista publicada hoy que los cambios políticos en Argentina y Venezuela son un “giro normal” en un sistema democrático y negó que la región esté inmersa en una confrontación ideológica.
Samper dijo a El Universo que los cambios en Argentina, donde Mauricio Macri ganó las elecciones presidenciales después de 12 años de gobiernos kirchneristas, y Venezuela, donde la oposición se hizo con la mayoría parlamentaria que tuvo el chavismo durante 15 años, le parecen “lógicos desde el punto de vista político; no hay que hacer mucho dramatismo alrededor de estos cambios”.
Para el expresidente colombiano, más que un revés electoral, lo sucedido en Argentina y Venezuela “fue un giro normal en una democracia”.
“Independientemente de las afinidades que existan entre los países en materia ideológica creo que la región no está en una situación de confrontación ideológica, lo que hay son dos visiones de desarrollo que son totalmente legítimas que conviven dentro de un concepto región”, señaló.
Agregó que la “democracia está hecha para eso, si la gente quiere resolver sus diferencias no necesita la confrontación violenta ni situaciones de ruptura institucional, sino que lo puede hacer a través de una manifestación democrática”.
Consultado sobre si el nuevo escenario político en la región pudiese afectar algún objetivo de la Unasur, Samper opinó que las amenazas de la región “no están donde convencionalmente se piensa que son dificultades”.
“Las verdaderas amenazas están en el aparecimiento y la consolidación de unos poderes fácticos que son actores políticos que están haciendo política sin responsabilidad política”, dijo.
Asimismo, en su opinión, “algunos medios y grupos de comunicación están litigando en función de sus intereses particulares, algunas organizaciones no gubernamentales internacionales, algunos jueces y fiscales que han terminado por judicializar la política”.
Además, añadió, hay “agencias de calificación de riesgo que destruyen países en cuestión de segundos, esos poderes fácticos están dificultando seriamente la gobernabilidad en América Latina; lo hemos visto en Argentina, Brasil y Chile”.
Para Samper, “es claro” que en algunos países el impacto de esos poderes ha sido mucho más evidente “como en Brasil”, puntualizó.
“No vamos a volver a apreciar golpes militares, lo que estamos viendo son golpes pasivos que se van dando de manera imperceptible pero que van minando las posibilidades de gobernabilidad en los países, eso puede ser mucho más efectivo y doloroso en términos de costos institucionales”, comentó.
Respecto al deterioro de la situación regional en el último año, opinó que el principal factor es que “se dañó” la economía en toda la región, y cuando se produce eso “se daña la política, y esos son los desafíos de 2016, de hacer compatibles visiones distintas dentro de una misma región”, dijo.
Al hablar sobre los desafíos para 2016, mencionó en lo migratorio el consolidar un bloque de movilidad académica, trabajar en la visa de Mercosur, para que sea permanente, y, obtener las bases para el pasaporte sudamericano.
En lo económico indicó que se debe crear encadenamientos productivos a partir de la reflexión de “no seguir buscando las oportunidades por fuera de Sudamérica”.
“El hecho de que el comercio intrarregional sea apenas del 18 % da la idea que no estamos comerciando entre nosotros. Hay que cambiar el chip, las oportunidades están aquí”, subrayó.