Dentro del esquema general de la historia de Palestina en el siglo I, ahora es necesario encuadrar el origen y la primera expansión de la Cristiandad.
Jesús de Nazaret nació durante el reinado de Herodes El Grande. Una fecha que se menciona a menudo es el año 4 a.C., año de la muerte de Herodes (Mateo 2:1-23).
Los Padres de Jesús lo llevaron a Egipto para escapar de la masacre de niños, ordenada por Herodes en Belén, y cuando recibieron la noticia de la muerte de Herodes, volvieron, no a Judea, que estaba gobernada por Aquelao (hijo de Herodes), sino a Galilea (Mateo: 22-23).
La narración de Mateo sugeriría que Jesús nació entre el 6 y el 4 a.C. Es muy posible que hayan vivido en Belén desde el principio. En el relato de Lucas 2:1-7, el nacimiento de Jesús data de la época de un censo, que tuvo lugar cuando Quirino era gobernador de Siria.
La narración de Lucas implica que la familia vivió en Nazaret desde el principio, y que la visita a
Belén fue por motivo del censo, y que después de cumplida la obligación, regresaron a Nazaret.
Las narraciones de Mateo y Lucas se combinan, suponiendo que, tras la visita a Belén para el censo, José, María y su hijo recién nacido obtuvieron un alojamiento más permanente en Belén, visitaron Jerusalén, y estaban todavía en Belén cuando recibieron la visita de los Reyes de Oriente.
Luego siguió la huída a Egipto, y posterior regreso a Nazaret, tras la muerte de Herodes. El
relato evangélico propiamente dicho comienza con el ministerio de Juan el Bautista, que Lucas 3:1-2, sitúa en el año 15 del reinado de Tiberio, que es el 28 ó 29 de nuestra era. O que según los cálculos de los reinados, por la metodología judía, es el año 27.
El escenario de la actividad de Juan fue probablemente la zona del río Jordán, muy cerca a Jericó. Jesús vino desde Galilea para que Juan lo bautizara, y según el evangelio de San Juan 1:35-51, entró en contacto con alguno de los hombres, a los que más tarde harían sus discípulos. Antes del arresto de Juan el Bautista (Juan3:24), Jesús ya había reunido a alguno de sus discípulos en torno suyo (Juan 2:13-21), había visitado Jerusalén, y había pasado algún tiempo en Judea.
El encarcelamiento de Juan ocurrió en el año 28, fue la señal del comienzo del ministerio público de Jesús en Galilea (Marcos 1:14). Este ministerio duró quizás un año, pero su transcurso real es imposible de reconstruir porque el material de los evangelios correspondiente a ese período está
ordenado de forma temática, más que cronológica.
Con bastante aproximación se puede decir que hizo de Cafarnaúm la base de su ministerio (Mateo 4:13), nombró doce seguidores y los envió de dos en dos a predicar el reino de Dios y a curar (Marcos 7:31-37), enseñó cerca del mar de Galilea, lo cruzó en varias ocasiones y estaba apoyado por un grupo de mujeres, algunas de las cuales estaban bien relacionadas (Lucas 8:2-3).
Hacia el final del período del ministerio galileo; Jesús se retiró, primero a la región de Tiro y Sidón (Marcos 7:24-30), luego a Decápolis (Marcos 7:31-37) y, finalmente a la región de Cesarea de Filipo, donde Pedro declaró su creencia de que Jesús era el Mesías (Marcos 8:27-30). Algunos días más tarde tuvo lugar la Transfiguración, presumiblemente en algún lugar de la cordillera del Hermón, cerca de Cesarea de Filipo (Marcos 9:1-8).
Tras salir de Galilea, Jesús y sus discípulos fueron a Judea y Perea (Marcos 10:1), y puede ser que visitaran Jerusalén de vez en cuando, con ocasión de fiestas importantes. Algunas autoridades sugieren que fueron los seis meses previos a la Semana Santa. Dicha semana se ubica en abril del 30, comenzando con la entrada triunfal de Jesús y sus discípulos, siendo aclamado por el pueblo judío como el Mesías el Domingo de Ramos. Los días siguientes se dedican a predicar y discutir en el Templo, pasando las noches en Betania.
El Jueves en la tarde Jesús se reunió con sus discípulos en la cena de pascua (Marcos 14:12-16), correspondiendo a la última cena de su vida. Después en la noche fue arrestado en el Huerto de Getsemaní, y fue juzgado y condenado por autoridades judías y romanas, para que se pudiera ejecutar antes del comienzo de la fiesta de Pascua. Dos días después de su muerte, sus discípulos encontraron la tumba vacía, y se convencieron de que estaba vivo cuando se les apareció en varias ocasiones (1 Corintios 15: 3-11). Estas apariciones acontecieron tanto en Jerusalén como en Galilea, no duraron indefinidamente, sino que terminaron con una asamblea de los discípulos que Mateo sitúa en Galilea (Mateo 28:16-20) y Lucas cerca de Jerusalén (L. 24: 44-53; Hechos 1:1-11).