El presidente argentino Mauricio Macri interrumpió sus vacaciones de Navidad para desplazarse el domingo al noreste de Argentina, donde los residentes sufren unas de las peores inundaciones de las últimas décadas, que han forzado la evacuación de más de 140.000 personas en cuatro países del Cono Sur.
Las inundaciones y las enormes crecidas de los ríos vinculadas al fenómeno de El Niño en Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil forzaron a cientos de miles de personas en esta región a pasar las Navidades fuera de casa, o en algunos casos abandonando rápidamente sus viviendas.
Macri llegó el domingo a Concordia, donde muchos desplazamientos se realizaban ahora por lanchas. Concordia es una de las ciudades más afectadas por las inundaciones, las peores desde 1959. Se registraron 10.000 evacuados en la ciudad, informó el domingo la agencia de noticias oficial Télam.
«Sepan que no están solos», dijo Macri a los habitantes y prometió ayuda para la reparación de viviendas y «soluciones definitivas». El gobierno puso en marcha un comité de crisis y ha destinado ayuda especial para enfrentar la situación.
«Me he comprometido a que la nación va a participar con el 66% de la inversión necesaria para la construcción de viviendas que saque (a los ciudadanos) de esta zona de baja cota en la que hoy están inundados», dijo.
En Argentina, donde al menos dos personas -una de ellas un niño- murieron como consecuencia de las inundaciones, las provincias de Chaco, Formosa, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe, en el noreste de Argentina y fronterizas o cercanas a Paraguay, fueron las más castigadas. En total unas 20.000 personas se encuentran desplazadas de sus hogares, según Télam.
En todo el Cono Sur se repetían las imágenes de personas utilizando botes como medio de transporte, casas inundadas a media altura y autos prácticamente sumergidos por las aguas.
En Paraguay, uno de los países más afectados, la crecida del río del mismo nombre lleva semanas complicando la vida de muchos de los habitantes de la capital, Asunción, que han sido desplazados de sus hogares. El agua comenzaba a amenazar incluso los refugios.
En total son más de 100.000 las personas desplazadas, según las últimas cifras oficiales, aunque es probable que el número haya aumentado en las últimas horas, pues cada centímetro de crecida del rio impacta fuertemente en la población. Sin embargo, se esperaba que el nivel del río comience a estabilizarse y a descender en los próximos días a su paso por Asunción.
La Dirección Nacional de Meteorología de Paraguay emitió el domingo una alerta de fuertes tormentas para el sur del país, lo que afectaría aún más al departamento de Ñeembucú, uno de los más castigados por las inundaciones.
Precisamente en este departamento, las autoridades continuaban el domingo la evacuación total del poblado de Alberdi, a unos 230 kilómetros al sur de Asunción y situado frente a Formosa, en el norte de Argentina, ante el serio riesgo de que un muro de contención ceda a la presión de las aguas. La medida no fue siempre bien recibida entre sus 7.000 habitantes y algunos vecinos se opusieron utilizando sacos de arena para resguardarse. El río Paraguay rodea la ciudad por el norte, oeste y sur.
En Uruguay, el último balance del domingo del Sistema Nacional de Emergencias (SNE) fijaba en 11.357 personas desplazadas en todo el país, siendo especialmente afectado el departamento de Artigas, con 6005 personas evacuadas.
Del total, 9.426 personas abandonaron la zona por medios propios y fueron acogidos por familiares o amigos. El SNE confirmó además que volvieron a su hogar los desplazados del departamento de Rivera, fronterizo con Brasil.
La oficina de Defensa Civil del estado de Rio Grande do Sul, en el sureste de Brasil, afirmó el domingo que las inundaciones causadas por las lluvias torrenciales han forzado a más de 8.800 personas a abandonar sus casas en 38 ciudades de la región oriental, fronteriza con Uruguay y Argentina. Un total de 12 ciudades continúan en estado de emergencia.
La mayoría de quienes debieron evacuar sus hogares fueron acogidos por familiares o amigos. Otros acudieron a centros deportivos, escuelas y edificios públicos habilitados como refugios, afirmó el organismo.
La región más afectada en el estado se encuentra en la frontera con Uruguay, donde el río Cuareim se desbordó en diversos puntos a lo largo de su trayectoria. Las lluvias han parado, pero los ríos como el Cuareim y otros continúan registrando grandes crecidas, afirmó la oficina de Defensa Civil.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff sobrevoló el sábado la zona de las inundaciones y destinó una ayuda equivalente a 1,6 millones de dólares a las tres regiones más afectadas por el agua: Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná.