Carta de Navidad y Año Nuevo

Señor mío y Dios mío
Energía Universal.
Tu reino.
Señor mío, qué difícil es comprender que los hijos no son de uno y que fácil se nos van.
Cada instante que compartimos con ellos nos aferramos a no perderlos de nuestro lado, pero la vida le muestra caminos con destinos diferentes, con un ciclo de la vida que se repite por generaciones en tiempo y espacio, que al final es de vida, reproducción y muerte. En ocasiones nos olvidamos del pasado y eso mismo algunos lo hicimos con nuestros padres. En todas las navidades deberíamos regresar o recordarlos con algún gesto de cariño y amor.
No comprendemos que los hijos con su voluntad y conciencia tienen deseos de vivir su tiempo a su manera y no a la nuestra.
Señor mío, quiero andar por tu camino; seguir la verdad de tu sabiduría y a todo lo que la vida me coloque por delante.
Dios mío, qué arduo es aceptar de los hijos su indiferencia, lejanía, desconfianza y qué tristeza no sentir un abrazo, un beso o un te quiero de los seres que más queremos.
El amor de verdad es dar, es por eso que debemos darles las buenas noches, bendecirlos, aconsejarlos, acompañarlos y comunicarnos siempre que podamos. Hijos, ser misericordioso con los padres también es amor.
Señor mío y Dios mío, danos fortaleza y sabiduría, cuida y guía a nuestros hijos, pareja y seres queridos; no te olvides de nuestra nación en esta hora de incertidumbre y en donde siguen inquietos los malvados.
Señor, esperamos darte una Feliz Navidad 2015 y que con tu energía nos des un mejor año 2016.
Rubén Lopera