Walter Zavala, hace diez años que vivía con su esposa María Hernández y producto de esa relación tuvieron cuatro niñas. Vivían a una cuadra de la iglesia de Las Veritas, en El Cují, al norte de la ciudad, en el mismo terreno habitan otros familiares entre esos tíos y primos con los que siempre compartían.
Este 25 de diciembre con la celebración de la Navidad, Hernández cuenta que se pusieron a hacer una parrilla en la noche, pero desde tempranas horas su esposo estaba en la calle bebiendo con vecinos y su tío político Edwin Cuello Monasterio, de 35 años de edad.
El tiempo fue pasando y el alcohol se fue apoderando de los presentes. A las 10 de la noche al parecer Zavala tuvo una discusión con un joven de 19 años, de forma repentina sacó un arma de fuego y pretendía acabar con la vida de ese muchacho.
Cuello Monasterios se metió porque aunque no era su hijo, él lo había criado y lo quería como tal y por defenderlo recibió un impacto de bala.
Hernández comenta que estaba dentro de la casa y al salir vio el alboroto. Ella lo que hizo fue buscar una moto y trasladar a su tío político hasta el ambulatorio de Tamaca, pero ingresó sin signos vitales.
Los mismos familiares que estaban en el lugar no pudieron atrapar a Zavala, quien se dio a la fuga, pero sí le quemaron su motocicleta negra, porque estaban molestos por lo sucedido.
Cuello Monasterios deja huérfanos de padres a tres niñas de 15, 12 y 10 años quienes. Desde hace doce años que trabajaba en Sateca y comentan vecinos que era una buena persona y muy trabajadora.
Por otra parte Hernández hasta ahora dice desconocer cual fue la discusión, le parece mentira lo sucedido, no encuentra explicación. Relata que en los diez años que tiene con su pareja nunca tuvo un mal comportamiento, ni tampoco lo vio con armas, no sabe de donde la saco. Asegura no saber de su paradero, porque en el momento del crimen ella estaba dentro de la casa y al salir se preocupó por llevar a su tío político hasta el centro asistencial para tratar de salvar su vida.
Funcionarios del Cicpc fueron hasta la casa e hicieron la inspección del sitio y manejan como móvil la riña.