Aguinaldos, villancicos, gaitas, encuentros familiares, con amigos, brindis, armar el árbol de navidad, los regalos, intercambios, hacer el pesebre, decorar las fachadas de las viviendas son algunas de las muchas tradiciones que tienen las familias en Venezuela cada año en época decembrina, como una forma de celebrar la llegada de la navidad.
Sin embargo, el momento más importante es el nacimiento de Jesucristo, el Salvador, aquel que venció la muerte, el que vino a traer misericordia. Seguido de este día las personas esperan el fin de año para despedir los momentos vividos durante los 12 meses y recibir el nuevo cargados con energías positivas y con la certeza de que será mejor que el anterior.
El 31 a las 12:00 de la medianoche era tradición ver a familias salir con maletas, comerse las 12 uvas, cargar dinero en los bolsillos para indicar que serán meses de prosperidad, comer lentejas y por lo general cerrar la noche entre brindis y agasajo.
Gran parte de estas tradiciones, por diversos motivos, se han ido perdiendo con el tiempo. Personas consultadas señalan como principal causa la situación económica como limitante.
Pero existe una, que no requiere de dinero sino de fe y conciencia del verdadero significado de la navidad, que es el nacimiento de Jesucristo. El sacerdote Oswaldo Araque, vicario general de la Arquidiócesis de Barquisimeto, explica que las más hermosas tradiciones de la época son aquellas que giran en torno a la llegada del salvador, como las misas de aguinaldo cada madrugada durante los nueve días para oír la eucaristía, que se fueron perdiendo cuando comenzó a dársele más cabida al consumismo.
“Las familias han dejado que entren otro tipo de actividades y han sacado la verdadera celebración, la presencia de Cristo en todos, le han dado cabida a muchos anti valores”. A juicio de Araque innumerables hombres y mujeres sólo ven la Navidad como fiestas para diversión, alejándose de Dios dejando como consecuencia tantos males, egoísmo, envidia, corrupción, corazones vacíos; que no saben cómo amar y vivir.
Cualquier momento del año debe ser oportuno para reconciliarse con Dios, sin embargo el sacerdote considera que éste es muy especial porque el papa Francisco ha llamado a un año para mostrar el rostro misericordioso. “Es un tiempo propicio para invitar a todos los hombres a reconciliarse, perdonar, a retornar el buen camino que traerá bendiciones a la familia y el país”.
Rescatar todas las buenas tradiciones no será fácil, Araque afirma que la conciencia debe comenzar desde el hogar