Cristianos de todo el mundo acudieron el jueves a la ciudad bíblica de Belén para festejar la Nochebuena en el lugar considerado tradicionalmente el del nacimiento de Jesús, en un ambiente alterado por un brote de violencia entre israelíes y palestinos.
Antes del inicio de los festejos las autoridades israelíes dijeron que tres palestinos implicados en ataques a israelíes fueron abatidos en diversos incidentes en Cisjordania. Otro palestino murió en un choque con soldados, dijo un funcionario de hospital palestino.
Belén ha sido un centro de choques entre el ejército israelí y manifestantes palestinos durante la ola de violencia iniciada hace tres meses, y si bien se preveía realizar las festividades anuales previstas en la Plaza del Pesebre, otros festejos en la ciudad fueron cancelados o reducidos debido a la violencia.
«Estamos en Belén festejando la Navidad, festejando el cumpleaños de Nuestro Señor Jesucristo. En este lugar nació el rey de la paz y lo que queremos es paz», dijo el ministro de Turismo palestino Rula Maayah.
Miles de personas en la Plaza del Pesebre admiraban el árbol de Navidad y escuchaban música navideña interpretada por bandas escolares y de niños exploradores. Pero antes de los festejos fueron abatidos tres palestinos que según las autoridades israelíes atacaron a ciudadanos del estado judío en Cisjordania.
Desde mediados de septiembre, los ataques palestinos han matado a 20 israelíes. Los palestinos han tenido 123 muertos, de los cuales 85 eran atacantes, según Israel, y el resto en enfrentamientos.
En años recientes la ciudad había gozado de una calma relativa y miles de peregrinos llegaban a la Plaza del Pesebre en cada Navidad. Pero los vendedores y hoteleros se quejan de una caída de las ventas en esta temporada.
Algunos palestinos esperaban que el espíritu de la fiesta disipara el ambiente sombrío. Said Nustas, disfrazado de Santa Claus, hacía sonar una campana en una callejuela y se aprestaba a repartir juguetes.
«La situación es lo que es, guerra e intifada», dijo. «Pero si Dios quiere, la superaremos y festejaremos».
El patriarca latino Fuad Twal encabezó una procesión desde su sede en Jerusalén hasta Belén, atravesando el muro de hormigón erigido por Israel hace una década en medio de una ola de ataques suicidas. Los palestinos lo consideran un robo de tierras que ha perjudicado la economía de la ciudad.
En Belén, Twal deseó «paz y amor» a todos.
Posteriormente celebraba la Misa del Gallo en la Iglesia de la Natividad, erigida sobre el lugar donde los cristianos creen que nació Jesús.
