A las 4 de la mañana de ayer, la encargada del cafetín Ají Picante en Mercabar llegó para comenzar su jornada del día y se encontró con que la mitad de la reja de la puerta del local ubicado en el callejón 8B, frente al sector La Playa, había sido violentada. En el lugar estaban personas del área de operaciones del Mercado.
Annelys Túa, encargada del negocio, entró para ver qué se habían llevado y lo primero que vio es que faltaba la máquina de hacer café, valorada en 2 millones de bolívares; así mismo una licuadora industrial, que oscila entre los 200 y 500 millones; además cargaron con cinco bultos de harina, 8 tobos de aceite comestible, refresco, jugos y gatorade, así como dos cajas de mayonesa y salsas de tomates, pedidos que habían recibido el lunes, porque no tienen más despacho hasta el mes de enero.
“Las pérdidas son incalculables, porque lo que ahora se roba es imposible recuperar. El año pasado en el mes de noviembre nos robaron los motores de la nevera y a estas altura no los hemos podido comprar, fue una compañía que nos prestó unos refrigeradores”, destacó Túa.
Estiman que los delincuentes se introdujeron entre 1 y 2 de la madrugada y comentan que tienen que haber cargado carro para movilizar lo sustraído y ser entre cuatro a cinco, para cargar con el botín. La dama comenta que mientras estaban en el local, los comerciantes de La Playa le indicaron que Polilara logró la detención de tres sujetos que vendían parte de la mercancía en esa área, cuando fueron a reclamar la misma, los funcionarios se hicieron de la vista gorda indicaron no saber nada.
“Aquí los delincuentes pagan para ser soltados y los comerciantes para ser cuidados”, exclama la señora Túa, quien estaba molesta, porque indica que están en manos de Dios, porque la delincuencia hace de las suyas en Mercabar.
Indica que en el mismo callejón un cafetín quebró porque fue robado tres veces en el año y nunca pudieron recuperarse de todo lo que robaron.
Indicaron que noviembre y diciembre son los meses más fuertes con los robos e inclusive la semana pasada un vendedor de fresa del estado Mérida le dispararon en la cara para robarlo.
Se hacen esfuerzos
Oswaldo Mujica, gerente general de Mercabar, indicó que a pesar de los pesares han estado mejorando la seguridad en el mercado mayorista, donde de martes a sábado se comercializan entre 300 a 500 toneladas de alimentos. Indicó que Mercabar tiene 35 hectáreas construidas, en donde existen 332 locales, 23 cafetines, 11 bancos y 16 telecajeros y además la zona de La Playa, tiene 35 mil metros cuadrados con capacidad para 644 puestos de estacionamiento de camión, indicando que tienen 32 años de fundados y saben que la inseguridad crece en estas épocas y a raíz de lo que pasó la semana pasada con el comerciante, se habló con personal de Polilara, PNB y Policía Municipal de Iribarren (PMI), para que prestaran el apoyo y desde que están presente se han logrado reducir un poco los niveles de inseguridad, anteriormente se presentaban de seis a siete robos diarios.
Casimiro Nieves, gerente de operaciones de Mercabar indica que el problema del mercado es bastante grande y un poco difícil de controlar, es un sitio que es visitado por más de cien municipios, en donde se movilizan a diario más de 20.000 personas, existe una circulación de 8.500 vehículos. Es difícil tener vigilancia en todo Mercabar.
Comenta Nieves que en el lugar se maneja muchos hechos delictivos entre ellos los robos a los vehículos, además de los robos a mano armada, sobre todo en La Playa, sector donde se manejan con dinero en efectivo.
El gerente de operaciones comenta que de 644 vehículos, ocupados por distribuidores y comerciantes cada uno cuenta con su carretillero, se estima que 600 hacen vida en Mercabar, de los cuales un 90 % son personas ex presidiarios, que acuden acá porque no le piden papeles para trabajar y sus ingresos son grandes, muchos han logrado regenerarse y hasta convertirse en comerciantes, pero otros siguen en sus andanzas y es algo que no pueden controlar, sumado a ellos esta el flujo de al menos cuatro mil personas entre: arrimadores, caleteros, ramplones y vendedores ambulantes, estos últimos siempre se están renovando, personas que ven como es el manejo del dinero, los accesos a ciertos negocios y se prestan para cometer el robo, no generaliza en todos, cree que es un pequeño grupo, pero terminan convirtiéndose en las personas que ejecutan los robos, pasan los datos y hasta son cómplices de las acciones delictivas que allí se cometen.
Cuenta que en ocasiones están inspeccionando por un lado de La Playa y por el otro están robando, como trabajadores de Mercabar no se dan abasto.
“El mercado ha crecido de usuario, más no de espacio. Mercabar se está poniendo más viejo y requiere de recursos, no hemos escapado de la inflación”, asegura Nieves, quien indica que los 135 trabajadores del mayoristas que laboran en tres turnos son los que han hecho lo que hoy en día es Mercabar y que siguen poniendo de su parte para tratar de reducir los índices delictivos.
No sabían nada
Cuando se le pregunto a los funcionarios de la PMI, sobre el robo al cafetín los mismos no tenían reporte alguno, indicando que nadie había hecho la denuncia.
Usuarios y comerciantes indican que desde los miembros de operaciones de Mercabar, hacen un trabajo excelente, pero están atados de manos ante la delincuencia, porque son personas que no poseen armas y exponen sus vidas a diario.