#RevistaGala Olga Marina Álvarez: Familia y confianza

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Las tenemos algunos todos los días en nuestras casas, dándole ese calorcito a la cocina y llenándola de ricos olores y sabores. Sin darnos cuenta que poco a poco comienzan a ser parte de la familia a tal punto que celebramos juntos sus fechas especiales. Ellas son quienes colaboran en las casas, ayudando a mamás un poco ocupadas que necesitan esa mano amiga. Éste es el caso de Marina.

Nadie dijo que llevar una casa, atender a los niños, cocinar, planchar, lavar y aparte tener todo perfecto, era cosa sencilla. Por eso desde los años de nuestras abuelitas, las amas de casa han contado con la valiosa ayuda de mujeres que, por buscar un trabajo, han estado dispuestas a colaborar, quedándose muy adentro en los corazones de muchas familias.

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Este es el caso de Marina, una mujer a quien no le ha pesado el pie para salir de casa tempranito a trabajar, lavando, cocinando y planchando, al principio cosas de aquellos que quizá no son sus familiares, pero quienes luego de los años de servicio, le tomaron un cariño valioso.

Luchando por trabajar  

Marina es nacida de Cabudare y hoy día atiende el restaurante de uno de sus hijos y continúa ayudando en una que otra casa. Cuando era tan solo una niña junto con sus ocho hermanos, siendo ella la mayor, preparaban las hallacas, el ponche crema y el guiso natural de maíz. “En las navidades cuando era pequeña, lo único que hacíamos era bailar y bailar solo música de cuerda en casa de mis tíos o abuelos”, comenta Marina.

Cada navidad que disfrutaba junto con su familia era momento de completa algarabía y muchísima fiesta, divirtiéndose con toda la gran familia que asistía religiosamente a celebrar esta época tan bonita y llena de sueños y compartir. Siempre le hacían la tradicional carta al Niño Jesús pidiéndole cosas como Zucaritas y colocándola en el arbolito que hacían, natural y con espuma del jabón de panela para que aparentara ser nieve. “También hacíamos el pesebre entre todos con muchísima ilusión, porque el 25 en la mañana era donde amanecían los regalitos”, agrega Marina.

Navidades bien fiesteras

Con tan solo nueve años, Marina asistía en Terepaima a 30 obreros en la hacienda de café de su padre, donde cocinaba arepitas de maíz pilao’ y desde ese momento fue una niña, adolescente y mujer que no le tuvo temor al trabajo y continuó luchando por su futuro, ahora es madre de tres hijos, uno lastimosamente ya no está con ellos, pero continúan celebrando la navidad en su propia casa y dándole los mejores regalitos a los seis nietos que los llenan de risas y travesuras. “En diciembre hacemos las hallacas, el pernil, la chicha y las cervecitas que no pueden faltar (risas). También salimos con la maleta, nos comemos las uvas y nos ponemos la ropa interior amarilla”, comenta Marina entre risas.

Lo que ella más desea para este nuevo año es continuar estando al lado de su familia y seguir reuniéndose hasta que amanece en estas épocas decembrinas colmadas de deseos, parrillas, sopas, hallacas y muchísima fiesta.

Por estas personas y por muchas más que nos encantaría entrevistar es por lo que todos los días nos motivamos a continuar trabajando. Personas reales, mi vecino, mi amigo, el vigilante de mi casa, el padre de mi parroquia, la señora que trabaja casa y hasta el caballero que vende esta revista. Todos y cada uno de nosotros celebramos esta linda época con alegría, momento donde se nos olvidan las tristezas y los malos momentos, las preocupaciones y las peleas. Por esto una vez más el equipo de la Revista Gala les desea una muy Feliz Navidad.

 

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