La salud es una prioridad para todos y existen millones de héroes anónimos que se encargan de ella, ofreciendo una mano amiga en todo momento y la mejor de las disposiciones. Muchos de ellos también tienen anécdotas que provoca escuchar, en especial aquellas de navidad y unión familiar; esta es la historia de una enfermera agradable que ha sabido enfrentar con optimismo dificultades de la vida, demostrándonos que existen muchas razones por las cuales agradecer
Madre de tres varones y una hembra, esposa de un hombre que más que su pareja es un gran amigo y trabajadora apasionada por lo que hace, Maryelin Josefina Ladera Prado es ejemplo de mujer venezolana, esa que siempre le sonríe a la vida y lucha por ella festejando las navidades con cariño junto a sus seres más queridos.
Esta mujer viene de un hogar en el que era la quinta de diez hermanos, criados por dos padres maravillosos que estuvieron en todo momento y quienes los levantaron con sacrificio, pero con todo el amor del mundo. El mes de diciembre para ellos siempre fue uno de los más esperados, especialmente por la llegada del Niño Jesús, comentando que para el 24 se estrenaba ropa en la medida de sus posibilidades y se compartía muchísimo disfrutando de la música típica, siempre acostándose temprano para recibir al día siguiente los obsequios.”Nuestros regalos, aunque no costosos, eran lo máximo, además de merecidos por habernos portado muy bien” (Risas).
Si había algo que también le encantaba a esta soñadora era jugar con fuegos artificiales como estrellitas y silbadores, llamándole profundamente la atención los sonidos que emitían, por lo que pasaba horas disfrutando de esto junto a sus hermanos, mientras disfrutaban de dulces que compraba su papá especialmente para la noche buena.
En la unión está la fuerza
Luego de muchos años, profesional y casada, comparte cada diciembre ahora con su esposo e hijos, en quienes ha inculcado el valor de estas fechas y lo importante de la unión familiar, dedicándose de manera especial a su hijo menor quien con tres años edad presenta discapacidad motora y visual; situación que lejos de desmotivarlos, los ha fortalecido aún más como núcleo, regalándole todo el amor del mundo al pequeño y presentándole la navidad como algo bonito, diferente y lleno de mucha alegría a pesar de las adversidades.
El fin de año simboliza un día muy especial para Maryelin y su familia, pues se reencuentran en casa de su madre con hermanos y sobrinos, para brindar por el año venidero junto a las doce uvas cargadas de deseos con las mejores energías para ella y los suyos, reflexionando además sobre aquellas cosas que se pueden mejorar como todo ser humano.
Llena de esperanza reflejada en su mirada, esta cabudareña desea para el 2016 mucha fraternidad y paz por encima de cualquier cosa, además de pedirle a Dios que la siga llenando de sabiduría para continuar formando a sus hijos en valores como respeto, amor y tolerancia colmándola de fuerzas para seguir disfrutando del más pequeño de la casa y de su risa que la enamora.