Una Venezuela que a través del ejercicio de la soberanía popular dijo no más, a un perverso régimen que uso el poder para atropellar, humillar, engañar y destruir a un pueblo creyendo que de esa manera podría eternizarse en el poder.
Pero no lo logró. Pensaron que todo y a todos se podía comprar y que su miseria humana haría metástasis en nuestra nación desestimando la fuerza de nuestro espíritu libertario.
Son muchos años de lucha y de apostar por mi país y hoy con mucha alegría reivindico mi convicción de que Venezuela vale la pena. Que aquí hay futuro para nuestros hijos, para los que estamos y para los que quieran regresar, porque hoy más que nunca está hermosa tierra necesitará del talento de todos los que hoy desde otras latitudes celebran la victoria.
En especial me alegro por nuestros jóvenes que lo han dado todo y que a partir de hoy no verán a Maiquetía como su única opción.
Gracias a todos los que con su lucha, desde diversas formas y espacios lograron el resurgimiento de la esperanza de millones de venezolanos, porque si algo está claro es que esté
régimen está de salida.
Toca ahora asumir el compromiso de comportarnos como la mayoría que somos, para que a través de los mecanismos constitucionales entendamos la urgencia de acortar el sufrimiento a nuestro pueblo.