¿La clave de la derrota?. Pudiéramos ubicarla en el octavo del Caracas. El mánager Dorante prefirió al debutante dominicano Winston Abreu y la decisión salió cara.
Yorvit Torrealba empató el juego a tres con un jonrón, y tras un boleto apareció el brazo fresco de Peter Tago para no dar libertades en dos entradas. El daño estaba hecho y los Leones aprovecharon a un tambaleante Rob Bryson para celebrar con bambinazo de bases llenas a cargo de Jesús Guzmán. Durante todo el encuentro Lara tuvo que luchar contra la zona movediza del árbitro Edward Pacheco y la falta de un batazo oportuno.
En el camino quedó un relevo excelente de Yoervis Medina, retirando a dos rivales con las bases llenas y un out en el sexto. También fue aceptable la tarea de Néstor Molina, efectivo con mucha tránsito en las almohadillas.
El bando capitalino dejó catorce en bases y sus apagafuegos estuvieron dominantes en los últimos cuatro tramos, sobre todo cuando Vargas no pudo ejecutar el sacrificio con dos a bordo en el noveno. Cardenales tuvo una gran oportunidad en el sexto inning.
Orlando llegó a batear con el pasaje repleto y en cuenta de dos y cero el árbitro sentenció un medio swing inexistente, lo cual pudo haberle cambiado el destino al episodio. Los Leones batearon más y ahora tienen dos juegos de ventaja sobre los pájaros rojos, adjudicándose un choque clave, difícil, muy disputado en cuatro horas y 24 minutos.
En lo sucesivo Cardenales no tiene otra distinta a intentar barridas frente a Bravos y las Águilas del Zulia, o al menos un trío de triunfos en cuatro compromisos caseros. El revés puso en alerta a los pájaros rojos. El camino se hace complicado.