Talento criollo triunfal en Cuba y México con “El abrazo de la serpiente”

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La relación entre el hombre y la naturaleza, explorada a través de penetrantes imágenes que reflejan la esencia de la tierra y sus elementos espirituales en una historia alucinante ambientada en el Amazonas, conduce el universo del largometraje “El abrazo de la serpiente”, coproducción entre Colombia, Venezuela y Argentina que recorre triunfal una gama de festivales internacionales de cine, con talento de nuestra tierra presente.

El venezolano Nascuy Linares se alzó con dos importantes galardones: el Premio Coral de Música Original del 37° Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana, Cuba; y el Premio Fénix 2015 de México en la categoría Música; mientras que Marco Salaverría conquistó el premio a Mejor sonido junto con el colombiano Carlos García. Posteriormente, el paso de la película continuó con éxito y se llevó el premio al Mejor film del Festival Internacional de Cine de la India (IFFI).

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Linares, cineasta y músico oriundo de Mérida, profesor de musicalización y diseño de sonido en la Escuela de Medios Audiovisuales de la Universidad de Los Andes (ULA) afrontó el reto de ambientar, como un reflejo del alma de los chamanes, la banda sonora que atrapó al jurado y a los espectadores que la han disfrutado.

El compositor de la melodía de títulos como “El laberinto de lo posible”, “Samuel”, “Una casa con vista al mar” y “Una vida y dos mandados” recibió con honor el reconocimiento porque premia todo el esfuerzo humano que está detrás de una película. “Realizar la banda sonora fue un proceso bastante experimental, empezando porque no conocí a Ciro Guerra sino hasta el día que nos vimos en México para los Fénix. Había hablado con él por correo y Skype, pero no personalmente. Trabajamos a distancia para desarrollar las ideas musicales del filme”.

“En el largometraje vi cómo existe una conexión entre las almas de todos los seres humanos, vengamos de donde vengamos. Hay un vínculo. La música es evidencia de ello, porque nos conecta sin necesidad de racionalizarla tanto. Tenemos muchas búsquedas y ausencias en común. Esa hermandad de las almas fue lo que más me dejó la película, porque muchas veces no lo tenemos presente y tenemos que viajar para darnos cuenta que el universo nos reúne”, comentó Nascuy Linares al Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC).

Descrita por muchos como un sueño, esta obra mística, salvaje y ancestral está inspirada en un diario de viaje de dos exploradores que emprenden una bitácora por la Amazonía colombiana en la búsqueda de una planta sagrada.

“Luego de ver el primer corte de la película, lo primero que pensé fue que no hacía falta música, porque tenía un paisaje sonoro muy rico, la naturaleza amazónica reflejada en cada efecto. Ese fue el punto de partida, usar sonidos de la selva y cantos indígenas del Amazonas. A partir de ese concepto, generamos sensaciones con instrumentos virtuales, pero siempre apuntando a lo natural. Muchas veces, este tipo de música es considerado ruido, pero no es así en lo más mínimo. Tiene su estructura”, agregó.

Marco Salaverría, sonidista de la Isla de Margarita, se siente contento con su galardón de Mejor sonido. “Ganarlo entre tantos profesionales de la misma área, muchos de ellos amigos de Guatemala, Argentina, España y Chile, nos hace sentir muy afortunados. El rodaje y proceso de captación sonora de ‘El abrazo de la serpiente’ fue bastante complicado. Al ser un equipo humano y técnico reducido, se formó una dinámica de trabajo muy bonita. Lo integramos profesionales de Venezuela, México, Colombia y Perú. Fue rodada en 35 milímetros”.

“Terminé utilizando un micrófono Sennheiser 416, uno de los modelos más antiguos que aún funciona, pero que a diferencia de los otros que llevé, éste no dejó de servir durante todo el rodaje. Otros solo funcionaron la primera semana y no soportaron la humedad”.

El cineasta destacó el respeto con el que se realizó la filmación, por completo en la selva colombiana, a la que describe como la que llevó el control. “Fuimos bastante respetuosos con las comunidades indígenas. La selva lo controló todo. Hicimos algunos rituales con chamanes de la región para pedir permiso y poder filmar sin complicaciones. La naturaleza nos acompañó y llovía justo después que dábamos la voz de corte. Los lugares se escuchan mucho más profundos y sensibles en comparación a los que percibimos en la ciudad”, puntualizó.

Ambientada en dos épocas distintas, “El abrazo de la serpiente” cuenta cómo un chamán del Amazonas desea transmitir su sabiduría ancestral por última vez. Su encuentro con un etnobotánico marca el inicio de un viaje de descubrimiento cargado de conocimientos a la profundidad de la selva.

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