Es de historiadores y ensayistas recurrir a la mitología griega para explicar las características de algún personaje y las situaciones en las que se ve envuelto. Esto porque el recurso a los mitos las explica mejor. Obviamente, también se recurre a frases célebres, a obras de arte, a la historia y a la literatura.
Los Borbones constituye una familia real surgida en 1327 y que se las arregló con el paso de los años para gobernar prácticamente toda Europa occidental. Uno de ellos, Felipe VI, juega un modesto papel representativo de la tradición española. El hecho es que debieron ser bien tozudos pues de ellos se afirmaba que ni aprenden de sus errores ni olvidan sus odios, una frase lapidaria que no deja de representar bien a quienes nos gobiernan… por ahora.
De Maduro es evidente su incapacidad para cambiar sus políticas y resolver los problemas fundamentales del país. Tampoco es capaz superar sus odios intensos contra sus adversarios políticos, de los que le convendría escuchar algunos consejos. Nuestro Borbón atribuye su derrota a todo el mundo, menos a el mismo. Y, lleno de odio, promete una guerra galáctica.
El problema de muchos gobernantes autoritarios es que se rodean de adulantes que solo les dicen lo que el mandón quiere oír. Es el caso del cuento de Hans Christian Andersen, donde unos tunantes le ofrecieron al emperador la elaboración de un traje con una tela mágica que tiene la cualidad de ser invisible a toda persona que no fuera apta para su cargo. El emperador ordenó que le hicieran el traje y los tunantes le hicieron creer que estaban trabajando en eso. Ni el emperador ni nadie veía nada, pero se lo callaron por temor o por jala mecates… hasta que el pueblo habló el 6D, y todo el mundo supo que nuestro presidente estaba en pelotas. Por ejemplo, hasta el momento nadie ha podido demostrar la verdad de las cifras de la Misión Vivienda, Tal vez sean verdaderas, tal vez Maduro miente o tal vez está engañado por sus ministros. Pronto lo sabremos.
Goya, el pintor español, realizó una serie de aguafuertes, Los Caprichos, entre los cuales hay uno titulado El sueño dela razón produce monstruos, significando que cuando la fantasía se desapega de la razón se cometen errores terribles. Y esto es lo que es el socialismo del siglo 21, una fantasía privada de razón y de sentido de la realidad.
Robespierre fue el líder más sanguinario de la Revolución Francesa. Condenado por sus propios partidarios hartos de tanta sangre: en su camino hacia la guillotina dijo: “La Revolución devora a sus hijos”. La veremos aplicarse a los psuvistas, ahora a punto de darse cuchilladas entre sí.