La falta de gas continúa originando protestas en Barquisimeto y otras ciudades del estado Lara, como la que este martes protagonizaron mujeres y hombres de Santa Rosalía y otras comunidades del suroeste, desesperados por las demoras en recibir el combustible.
“No es posible que cada semana o cada quince días tengamos que cerrar la avenida para que nos traigan el gas que necesitamos para preparar la comida”, dijo Josefina Rodríguez mientras permanecía en la barricada con el cilindro vacío, esperando el camión.
Explicó que, como ella, muchas mujeres, así como hombres, estaban desde las cuatro de la mañana haciendo cola en el sitio donde debía llegar al camión de la empresa Autogas, intervenida por el gobierno, pero como a las 9 no había ocurrido, se fueron a la avenida y trancaron el paso de vehículos en ambos sentidos.
“Ellos tienen razón en reclamar que les lleven el gas, pero nosotros no tenemos la culpa de que ese servicio no funcione”, manifestó Severiano Mujica, un gandolero que iba de Carabobo a Trujillo y quedó “varado” en el lugar.
Pero, resignado, explicó que los camioneros y se han acostumbrados a esas trancas que se registran, no solamente en Barquisimeto, sino en todo el país, porque el pueblo tiene que salir a protestar por la falta de servicios indispensables, como el del gas doméstico.
En pocos minutos, desde el acceso a Santa Rosalía, kilómetro 8 de la intercomunal, las colas de vehículos, la mayoría de ellos de carga, se hizo kilométrica.
Primero llegó un camión de Servigas, empresa también intervenida, pero la multitud decidió no permitir la distribución de los cilindros hasta que llegara el de Autogas, lo que ocurrió a las diez, procediéndose a la venta bajo control de uniformados de la Policía Nacional.
Quienes se mantenían en la avenida corrieron en tropel hacia los dos camiones cargados con los cilindros llenos de gas, cada quien con el propósito de asegurar ser los primeros en llevarse el suyo porque, de acuerdo a la cantidad de personas reunidas, no alcanzaría para todos.
Tan pronto se dispersó el numeroso grupo, luego de más de dos horas de espera, los vehículos, en especial camiones y gandolas, comenzaron a moverse, pasando incluso por encima de los restos vegetales y otros objetos que habían sido colocados para impedirles el paso.
“Ojalá no tengamos que cerrar otra vez por falta de gas, porque últimamente la distribución ha estado muy mala, como si no hubiera una persona capaz de ordenar eso, y si no mejoran seguiremos protestando cuantas veces sea necesario”, expresó Alida Loyo, otra vecina de Santa Rosalía.
“Siempre nos salen con argumentos para las demoras, que si los camiones están accidentados, que si no tienen cauchos, que las bombonas se acabaron, pero son puras mentiras, y ya nos cansamos de aguantar y seguiremos protestando”, puntualizó.
Con las bombonas al hombro o en carretillas, las mujeres se dirigieron a sus casas para preparar el desayuno que no habían podido hacer por falta del combustible doméstico.
