El papa Francisco exhortó a los gobiernos a que consideren otorgar amnistía a prisioneros en el Año Santo, encontrar alternativas a la encarcelación y, por lo menos, abolir la pena de muerte, durante su mensaje anual de paz publicado el martes.
En general, el mensaje del pontífice exhortó a los legisladores así como a los individuos a superar lo que llama la “globalización de la indiferencia» ante la situación complicada de los más vulnerables: los pobres, enfermos, migrantes, prisioneros y ancianos.
“A nivel institucional, la indiferencia hacia los otros y su dignidad, sus derechos fundamentales y su libertad, cuando es parte de una cultura formada por la búsqueda de la riqueza y el hedonismo, puede promover e incluso justificar acciones y políticas que al final de cuentas representan amenazas a la paz», escribió.
En el mensaje, Francisco hizo un llamado a los “gestos valientes» y concretos de los gobiernos en este, el Año Santo de la Misericordia, para encontrar trabajos para los desempleados, revisar leyes para que los migrantes sean recibidos, aliviar la deuda de los países pobres y asegurar que los enfermos reciban el tratamiento necesario.
Hizo también un llamado a medidas urgentes para mejorar las condiciones de los prisioneros, sobre todo aquellos en espera de juicio, y para que los gobiernos erradiquen la pena de muerte y consideren alternativas al encarcelamiento como parte del jubileo.
Durante mucho tiempo, Francisco ha hecho del ministerio de la prisión un pilar de su vocación. En casi todos sus viajes al extranjero se ha reunido con reclusos para ofrecer palabras de solidaridad y aliento, y aún permanece en contacto con los reclusos argentinos que guió durante sus años como arzobispo en Buenos Aires.
Francisco ha llegado más lejos que otros papas y la doctrina oficial de la iglesia, al decir que simplemente no se justifica la pena de muerte hoy en día. Ha catalogado a la cadena perpetua de una “pena de muerte oculta» y a la detención en solitario una “forma de tortura», y cree que ambos deben ser abolidos.
“Jesús nos dice que el amor a los otros _extranjeros, enfermos, encarcelados, gente sin casa, incluso nuestros enemigos_ es la vara con la que Dios juzgará nuestras acciones», escribió Francisco en el mensaje. “Nuestro destino final depende de esto».