Recuperar los valores que alguna vez tuvimos es parte de la tarea de cada uno de nosotros como ciudadanos. Muchas veces hemos sido incapaces de ayudar a una persona de la calle con un billete de 10 o 20 bolívares que, no enriquece ni empobrece a nadie, pero no lo hacemos porque seguramente pensamos “pero esta persona puede trabajar en lugar de pedir plata”.
No debemos conocer las condiciones y motivos del por qué alguien se encuentra desempleado, durmiendo todas las noches en plazas diferentes, para poder ayudarlas, simplemente está en nosotros como seres humanos, ayudar a quien necesita de nuestra ayuda.
Da dolor ver a un señor con ropa rota y negra del sucio, maloliente y barbudo, sin tener un hogar adonde llegar cada noche.
Estas personas son igual que todos nosotros, no hay por qué discriminarlos, o mirarlos sobre los hombros por el hecho de que ellos no cuentan con el apoyo de un familiar o no tienen una ayuda económica con el cual tenga segura sus tres comidas del día.
Hace tiempo un hombre en estado de indigencia que vivía constantemente en la plaza Los Ilustres en la avenida Vargas, me comentó que estaba dispuesto a recibir ayuda por parte de cualquier autoridad del gobierno. También me comentó que subsistía con lo que pocas personas le daban, una empanada, un pan, o cualquier cosa, al igual que algo de dinero.
Este señor tenía la cara hinchada como si hubiera recibido varios golpes, pero estaba así por problemas con el hígado, debido a la cantidad de alcohol que consumía, pues su propia familia le dio le espalda cuando más los necesitó.
Así como él hay cientos de personas más en Lara, si en esta sociedad recuperáramos aquellos valores que las abuelas nos inculcaban, la historia y la actualidad en este momento sería otra, tanto para los indigentes, como para nosotros mismos.
Ayudemos a quienes necesiten de nosotros, no importan las condiciones físicas para ayudar, solo es necesario tener un poco de corazón para tenderle la mano a un hermano.
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