El voto castigo del chavismo en las elecciones del pasado domingo, es a la incapacidad del gobierno para resolver los grandes problemas que afectan al país, como son la inflación y el desabastecimiento, aseguró Luis Vicente León, director de Datanálisis. Advierte que los resultados que se produjeron eran los esperados, sobre todo cuando el 89,5 de los encuestados afirmaban que la situación del país iba mal o muy mal, ya que tenían perfectamente clara la percepción de la crisis.
Precisó que en estos momentos “el chavismo se está tomando una cucharada de su propia medicina”, admitiendo que el rol jugado por la oposición durante la campaña y el proceso electoral, fueron fundamentales para el triunfo del 6D.
Ratifica que el presidente Maduro, al mantener una participación tan activa en la campaña electoral pasada, apareciendo en todos los actos con los candidatos del oficialismo, es el que está recibiendo todos los costos, por cuanto no fue capaz de resolver los problemas que agobian a los venezolanos y por temor al costo político, al Gobierno le dio miedo avanzar por cuanto no tenían el patrimonio político suficiente para hacerlo. Admite asimismo, que dentro del chavismo hay grupos radicales que estaban en contra de estas medidas, además de los intereses particulares de quienes han estado obteniendo beneficios manteniendo las cosas tal como están.
Admitió en Globovisión, que la jugada que pretendieron hacer con MIN Unidad, parta restar votos a la Unidad recibió un fuerte castigo de los votantes ya que solo alcanzó al 1% de los votos en su propio circuito.
No despreciar el voto chavista
Sin embargo, este fracaso «no implica el fin del chavismo, que sigue siendo un partido, una manera de ver la política con muchísima fuerza», dice Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello.
«Mas allá de la supermayoría calificada de la oposición, no se puede despreciar» la votación chavista en medio de una crisis tan severa, advierte por su parte el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León.
Pero aun con ese apoyo, el revés significaría «el fin de cómo el chavismo ha hecho las cosas hasta ahora. Por eso la única manera en que puede sobrevivir y recuperarse es adaptándose a unas reglas de juego democráticas y no a una hegemonía que ya no es posible. Ya no es una fuerza hegemómica», añade Alarcón, en referencia a que el PSUV controlaba prácticamente todos los poderes del Estado.
