“Los ideales son como las estrellas, no lograrás tocarlos con las manos, pero, como al navegante, en la inmensidad del océano, te sirven de guía, y, siguiéndolos, llegas a tu destino”. Carlos Schurz
Estas palabras tomadas de la magna obra En la Prisión –Los Estudiantes de 1928, escrita por el Dr. Pedro Nolasco Pereira H. (Pedro N), quien sufrió el oprobio de la dictadura del mal llamado Benemérito; general de montoneras Juan Vicente Gómez, y que fueron escritas como homenaje eterno a sus compañeros, los estudiantes larenses, en las oportunidades que Dios, Todopoderoso, les concedió para devolver la libertad a la patria grande, sirven de apertura a la reflexión de hoy.
Después del nueve de febrero de 1928, protegidos con las boinas azules que portaban por mandato y orden del decreto de su Reina Beatriz I y que le servían como escudos de dignidad, aquella muchachada, irreverentemente valiente, gritaba al infinito: ¡Sacalapatalajá!… ¡Sácala y bájala!
Los genes democráticos impregnados en la sangre de los venezolanos, este 6 de diciembre de 2015, una vez más, dieron una demostración de civismo que ha conmocionado al globo terráqueo.
Para nosotros no es extraño lo sucedido porque somos la descendencia de los libertadores del mundo; llevamos impresas sus enseñanzas en lo más profundo de nuestra conciencia y de allí brotan cuando el terruño lo requiere.
La República enfrenta una nueva era en la cual debe imperar la lógica, la razón y la sensatez en la toma de decisiones, se avecinan días donde no es difícil predecir que se requerirá la participación del mejor y más probo talento para que la recuperación del país sea lograda con el menor trauma posible.
Quienes aceptaron la magna responsabilidad de liderar tan importante situación, tienen el deber de execrar las apetencias personales y masificar el trabajo por la ciudadanía en general, y seguro estoy que más temprano que tarde la nación los premiará.
Nadie puede esperar que los días venideros sean fáciles, los estimados indican que tendremos que pasar muchas pruebas para subsanar los errores cometidos.
Tenemos el deber de exigir la concertación, sin impunidad, para qué, todos, unamos esfuerzos y logremos resultados positivos en el menor lapso y al menor costo. Estas son situaciones donde a los más necesitados y con menos recursos se les impone la mayor cantidad de esfuerzos.
Los principales correctivos deberían estar enfocados en la eliminación de la corrupción y la delincuencia en todas sus formas y modalidades. La justicia debe ejecutarse sin debilidades y, sin que se confunda con venganza, hostigamiento o persecución. La seguridad jurídica y personal; la responsabilidad y rendición de cuentas deben ser imperativos para el restablecimiento de los principios y valores que nos han caracterizado.
Como ha sido una constante en su accionar, la Red de Instituciones Larenses está presta para hacer su aporte en beneficio de la ciudadanía del estado y más allá de nuestras fronteras, y pone a disposición de la nueva Asamblea Nacional el esfuerzo, talento y experiencia de todos y cada uno de sus miembros, para la consecución de los objetivos que deben priorizar la solución de los problemas que enfrentan el estado y el país.
Decía el Libertador, Simón Bolívar: “Nuestras discordias tienen su origen en las dos más copiosas fuentes de calamidad pública: la ignorancia y la debilidad… ¡Dios concede la victoria a la constancia!”