En la actualidad, se observa una gran masa de seguidores de un término que aunque parezca innovador, viene desarrollándose desde hace años, tanto en el deporte como en la actividad física en general; nada menos que el ENTRENAMIENTO FUNCIONAL.
La palabra “funcional” asociada al entrenamiento físico se ha empleado desde décadas atrás, orientada a la rehabilitación física; al fin y al cabo, todo programa con fines terapéuticos tiene como objetivo principal restaurar el estatus funcional del área afectada. Sin embargo, los orígenes del entrenamiento funcional tal como lo conocemos hoy, son recientes, y datan de los años 90 de la mano del fisioterapeuta estadounidense Gary Gray, quien promovió una nueva visión de la función muscular basado no solo en viejas definiciones (Flexión, Extensión, Aducción y Abducción), sino que analizó el movimiento unido al término de Cadena Cinética, donde se describe la interrelación de un grupo de articulaciones y músculos que trabajan juntos para desarrollar un movimiento.
Por definición “el entrenamiento funcional” significa entrenar con un propósito. En otras palabras, éste debe tener un efecto positivo en la actividad o deporte que se practica, y siempre debe basarse en las necesidades de la persona que entrena, sabiendo que todos tienen objetivos diferentes (bajar de peso, ganar resistencia, ganar masa muscular…), de lo contrario, no puede decirse que la actividad tuvo principios funcionales. Partiendo de esto, este tipo de entrenamiento puede trabajarse de forma más óptima bajo los parámetros de entrenamiento personalizado, dado que sólo de este modo, se podrán observar y cuantificar más eficientemente los objetivos que se planteó alcanzar el individuo.
Lo importante de entrenar de manera “funcional”, es que los beneficios y la mejora de las condiciones físicas son visibles en un corto tiempo, y se usan ejercicios que reproducen las condiciones reales de la función del aparato locomotor, siempre en términos de movimientos completos y no de músculos individuales o aislados. Otro aspecto resaltante de trabajar con los pilares del entrenamiento funcional, radica en la utilización de estos patrones de movimientos para la mejora del gesto deportivo en muchas de las especialidades atléticas tales como el béisbol, basquetbol, voleibol, tenis, natación, entre otras; donde con simples ejercicios de acuerdo a la disciplina, se puede optimizar el rendimiento del atleta en su competencias.
Margelys Carrasco
Mercadóloga / Instructora Fitness – Wellness / Bailarina Profesional