“La Patria es un dolor que nuestros ojos no aprenden a llorar” L M.
Los poetas tienen una motivación y una actitud reverencial de decir las cosas, que a veces son misteriosas, sin embargo las expresiones en prosa o en verso del espíritu reflexivo de su interioridad, son testimonio sincero y real de los momentos y vivencias que experimentan. El poeta transmite un pensamiento diáfano, muy espiritual, individual e independiente de la circunstancia y de la vocería que le rodea.
En su lenguaje insólito plasma hechos existenciales que ha ido madurando en su ser sensible, culto y sapiente, por ello apreciamos en algunos poemas actos de develación que dicen, hablan e incitan al ser humano a redimirse frente a las omisiones y adversidades; el haber nacido de esa inspiración lúcida y hermosa permanecen siempre presente en el tiempo, para recordarles y recrearse con ellos, para decir como René Menard,”…son algo así como una patria perpetua… un pueblo y un país para el poeta”; razón por el cual la evocación a la Patria está con frecuencia en la poesía con amor, angustia y esperanza.
Y es que ese vocablo tan querido y halagado como es la Patria, lo ha envilecido y mancillado la vocería oficialista en su retórica falaz y vacía, e igual en los hechos palpables, esta nación en los largos años del chavismo, ha sido literalmente, destruida en todas las facetas de su estructura institucional y funcional, no hay un sector que cumpla con eficacia y con criterio democrático, y la escasa funcionalidad existente obedece al criterio e interés totalitario y autócrata del régimen.
El sentimiento de Patria como unidad histórica del que nos sintamos vinculados ha desaparecido, la condición humana de sentirnos todos parte de ella con amor, bondad y comprensión hacia los otros, ha sido vulnerada al fomentar el odio y la violencia entre los venezolanos, olvidando o despreciando que “… todos somos una Patria/ la Patria es humanidad”, al decir de M. Benedetti.