William Rafael Jiménez Martínez, conocido como El Negro, fue visto en horas de la mañana del viernes merodeando en un Corsa verde, por la carrera 1 entre calles 1 y 2 de Valle Dorado, al oeste de la ciudad.
Estaba siguiéndole los pasos a Marilexis Yoselín Rivero (25), su ex pareja, a quien mantenía acosada porque quería que volvieran, pero ni ella, ni ninguno de sus seres queridos se percataron de su presencia.
La joven, aunque tenía una bebé de dos meses, producto de esa relación, no quería regresar con él, porque de un momento a otro se convirtió en una persona posesiva y que la maltrataba. En una oportunidad intentó asesinarla.
El 20 de octubre desde el Ministerio Público se emitió una orden de alejamiento en contra de El Negro, pero el hombre la acosaba la llamaba por teléfono, le mandaba mensajes y siempre le decía que si volvían la mandaría a matar. La señora Mariela Rivero jamás pensó que cumpliría las promesas en contra de la menor de sus cinco hijos.
La encontró muerta
A las 3:30 de la tarde del viernes la señora Rivero llegó de su trabajo, la puerta estaba abierta y al llegar a la casa vio a su hija tendida en la cama, estaba herida. La dama salió a buscar ayuda para auxiliarla, pero cuando entraron no había nada que hacer: estaba sin vida.
Un impacto en el pecho, uno en la pierna y el hombro fueron la causa de su muerte.
La señora Rivero cree que El Negro no ejecutó el crimen, presume que el sujeto la mandó a matar, pues siempre alardeaba que era compadre de El Ever, pran de la cárcel de Cepella, ubicada en Guanare y quien es natural de Sanare, municipio Andrés Eloy Blanco.
Lo conoció en Sanare
La joven estudiaba Derecho en el núcleo de la Unellez en Sanare. Allí fue donde conoció a su expareja. Al principio el joven se portaba como una persona normal, pero posteriormente fue un agresor. La joven tuvo dos años de relación con El Negro y cuando tenía cinco meses de gestación lo dejó.
El 17 de octubre acababa de dar a luz y él la buscó con la excusa que le daría un dinero para el infante y prometió portarse bien. Ella accedió a salir con él y a mitad de camino vio que la llevaba hacia un monte e intentó estrangularla. Lo persuadió y le dijo que lo amaba; que volvería con él y fue de este modo como se libró de su ataque.
Según la madre, a los días se le acercaron a la estudiante de Derecho dos sujetos, quienes le lindicaron que El Negro les estaba pagando 100 mil bolívares para liquidarla, pero ellos sabían que tenía un pequeño y no lo harían.
Le advirtieron que se cuidara porque ellos habían rechazado la propuesta, pero seguro había otras personas que la podrían aceptar.
La joven regresó con su madre a Barquisimeto, introdujo la denuncia en contra de su expareja y fue cuando le dieron la orden de alejamiento. De tanto mensaje que lrecibió se deshizo de su teléfono, pero El Negro ya sabía que ella estaba con su madre.
Funcionarios del Eje de Homicidios tratan de ubicar al presunto criminal, mientras la señora Rivero se lamenta no haber sabido antes que ese sujeto merodeada. Reprocha que sus vecinos lo dijeron después de ocurrir el crimen.
Espera que le den pronta captura a El Negro para que pague por la muerte de su hija.