Mauricio Macri, cuando se confirmó la tendencia electoral que lo ungía como Presidente de Argentina, se dirigió a todos sus conciudadanos con estas palabras: “Ustedes hoy hicieron posible lo imposible con su voto”.
Obviamente, fueron las expresiones de un hombre que cree en la democracia y en el poder del voto ciudadano como herramienta para ratificar o cambiar gobernantes y representantes del pueblo. Es, en suma, la manifestación de quien ha puesto la fe en la posibilidad de generar cambios sustanciales en la vida de un país y una sociedad en y desde la democracia entendida como sistema político, pero más allá, como un sistema de vida para todos, sin exclusiones de ninguna naturaleza. Sobre este último aspecto vale la pena destacar lo que Macri expresó: “Quiero la inclusión, pero no solo la inclusión social: Quiero la inclusión de los que piensan distinto”. Es la propuesta de llevar a la práctica un valor y un derecho humano: La tolerancia.
El paso previo a la ejecución del acto de votación debe centrarse en la información que deben tener los ciudadanos sobre los partidos, candidatos y programas que les proporcionan ofertas de tipo electoral. Desde la MUD, así lo hicimos. La motivación del voto no debe basarse solo en la emocionalidad, las pasiones o los sentimientos llevados a niveles de crispación. En esas condiciones es prácticamente imposible elegir con sensatez. Menos aun cuando se asumen actitudes violentas alimentadas por posiciones irracionales, dogmáticas y fundamentalistas que llevan a quien la sostiene a mantener criterios absurdos y anacrónicos. Hay, pues, que respetar al elector, y al voto, que aunque algunos hoy le temen, es el instrumento democrático más eficaz para la convivencia y la paz.
Desde esa perspectiva, José Antonio Gil, haciendo de couching en conversatorios que sostuvimos en esta campaña electoral, señaló la importancia de persuadir al elector hacia una postura racional a la hora de elegir y votar: “Una convicción de este tipo está siempre dispuesta a entrar en un diálogo con quienes mantienen posturas diferentes, a aducir sus razones en ese diálogo, a escuchar las razones contrarias y a compararlas, intentando en lo posible arribar a acuerdos”, dijo. Además, agrega uno, no es de demócratas proferir discursos plagados de amenazas contra quienes elijan y voten distinto, eso es propio de quienes no creen en la democracia, aunque esta en algún momento les haya legitimado. Y es que el voto debe ser fruto de una convicción racional, que es justamente, lo contrario del dogmatismo de quien rechaza cualquier crítica y cualquier revisión, y por supuesto del fanatismo de quien defiende ciegamente una cosa o una opinión. Definitivamente, es la ceguera del fanático la que hace imposible dialogar, menos debatir, para procurar puntos de encuentros.
Respetar el voto pasa pues por respetar su esencia y condición democrática: Universal, directo y secreto. Exigir de manera coactiva y compulsiva en instituciones públicas que el funcionario, que es un ciudadano, tome una foto desde su celular al contenido de su papeleta antes de introducirla a la urna, además de ilegal constituye una violación flagrante a los derechos humanos y políticos consagrados en la Carta Magna. El voto debe ser respetado y no vulnerado.
Cerramos con Macri: “Estamos, con el voto, ante un cambio de época que nos debe llevar hacia el futuro. Lo que nadie creía”. ¡A votar pues!