No hay afiches colgados en los postes o volantes desperdigados por el suelo. Ni rastro de los tarantines que monta el chavismo para mercados populares, ni eco de los altavoces que piden votar por la oposición.
A escasos días de las elecciones legislativas de Venezuela, ningún candidato había visitado La Invasión, primer barrio que allanaron los militares venezolanos en el estado Táchira después de que el presidente Nicolás Maduro ordenó el cierre de la frontera con Colombia, el 21 de agosto.
«La revolución va para atrás en Táchira porque no se consigue nada desde que cerraron el paso hacia Colombia», dice a la AFP Amanda, quien reserva su identidad bajo un nombre ficticio.
Henry Álvarez, vocero del consejo comunal Ernesto Guevara en La Invasión, la contradice. Asegura que hay menos escasez y defiende al oficialismo porque teme que si la oposición gana, los programas sociales desaparecerán. En el circuito uno están los primeros municipios donde fueron limitadas las reuniones públicas. El jubilado José Luis Sandoval lo ve en blanco y negro: «Si el gobierno se roba las elecciones, tendremos que protestar como el año pasado». Casi en susurro, Amanda confiesa que no irá a votar el domingo. «Ya no creo en nadie».