El suministro del vital líquido a todos los larenses constituye la razón de ser de Hidrolara. Bien sea a través de la red de acueductos o por camiones cisternas. Pero esta última alternativa se ha visto cada vez más condicionada por la crisis económica que experimenta el país, llevando a la inoperatividad del setenta por ciento de la flota de camiones cisternas.
Actualmente Hidrolara cuenta con una programación de más de ocho mil setecientos viajes (8.716). Estos viajes se distribuyen para los siguientes sectores: Bobare (2.465), Pavia (1.442), Zona Norte (1.511), Zona Oeste (3.202) y casos especiales –centros médicos, unidades educativas- (96). En términos generales, Hidrolara atiende a más de quinientos sectores, beneficiando así a más de ochenta y siete mil larenses (87.160).
El jefe del Departamento Suministro de la hidrológica larense, Lcdo. Edward Timaure apunta un dato clave: “Nosotros requerimos de 150 a 160 camiones cisternas para garantizar el cumplimiento de la programación establecida. Pero hoy en día sólo contamos con aproximadamente 45 unidades. Y en efecto, al reunirnos con representantes del gremio de camiones cisternas, acusan inflación y escasez como causa principal de la paralización de los camiones”. En conclusión, actualmente, sólo se cuenta con 45 camiones tipo cisterna para atender a más de 87 mil larenses. Básicamente, cada uno de esos camiones debería realizar, no menos de 194 viajes mensuales para que Hidrolara pueda suministrar agua potable a más de 500 comunidades.
Por otra parte, si bien la inflación y la escasez son factores que han afectado la operatividad de Hidrolara (mantenimiento de redes, sistemas, obras, adquisición de materiales e insumos) de manera consistente, también ha tenido un efecto similar para el gremio de camiones cisternas.
Así lo ha manifestado la presidenta de la asociación Aguas de Lara, Iraida Vera, quien explicaba que los dos factores económicos ya señalados han impactado en dos productos clave: cauchos y baterías.