Preocupada estaba la señora Marlene González porque a su hija Dalimar Puerta, de 22 años de edad, la habían raptado y los supuestos criminales pedían una suma millonaria por su liberación.
Recibía llamadas constantes presionándola para que pagara. Ella no tenía el dinero y prefirió denunciar ante el Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas).
En las investigaciones lograron dar con la persona que realizaba las llamadas. Resultó ser Gleidys Vielma, de 24 años, pareja sentimental de Dalimar. La joven no estaba secuestrada sino que se había mudado con su novia a una vivienda en Yaritagua y necesitaba dinero para mantenerse.
Las dos mujeres fueron aprehendidas por la simulación de un hecho punible. En la audiencia de presentación quedaron privadas de libertad.
Dalimar contó que constantemente peleaba con su mamá, no tenían buena comunicación y en un acto de rebeldía decidió irse con su pareja.
Fingió estar secuestrada desde el sábado 14 de noviembre hasta el viernes 27.
Usaba a su mamá para negocios sucios
En otro procedimiento, el Conas detuvo a Milagros Sequera, de 47 años, y a tres adolescentes de 14, 15 y 17 años.
Sequera es madre de Jesús Domínguez, un hombre quien se encuentra recluido en el recinto carcelario de Yaracuy, conocido como La Cuarta.
Desde la cárcel, el antisocial coordinó el robo de un vehículo Ford Fiesta Max 2009, en el Centro Comercial Metrópolis.
El atraco ocurrió el pasado 24 de noviembre. De inmediato la víctima comenzó a recibir llamadas en donde le solicitaban cierto monto por la devolución.
La víctima denunció y el 26 de noviembre se realizó el procedimiento de captura de los cuatro implicados en Valle Hondo, municipio Palavecino.
La señora Milagros Sequera colaboró con su hijo para ir a buscar el dinero del rescate.
Los tres jóvenes estaban en las adyacencias y vigilaban que todo saliera bien, a ellos también les tocaba una parte del negocio.
Toyota es oro para el hampa
Por medio de información policial trascendió que en las últimas semanas, los delincuentes tienen su mirada fijada específicamente en los vehículos del fabricante Toyota.
Los roban, los desvalijan y luego comparten información con criminales que están en la cárcel para que ellos llamen a las víctimas y negocien el supuesto rescate.
Así obtienen dobles ganancias, se quedan con las piezas de valor del carro más la suma de dinero.
Efectivos de inteligencia alertan que esta situación se presenta mayormente desde la calle 60 en adelante y en Cabudare.
Invitan a quienes sean víctimas de hurto o robo de vehículo a denunciar inmediatamente para que el carro sea reportado y evitar que lo muevan hacia otra ciudad.