Vivir postrados frente a la barbarie, forma parte de una decisión de tipo personal. El país sucumbe en medio de esta singular forma de hacer “democracia”. Una democracia de verbo irrespetuoso, punzante, catalizador del delito y la violencia como fórmula de dominación de masas. Una morisqueta democrática asentada sobre el chantaje y la explotación de las necesidades básicas de los pobres, y con pretensiones firmes de extrapolar ese chantaje a las demás franjas sociales que permitan asentar definitivamente el modelo. No hay salida. No existe forma ni manera de evadir la situación en la cual estamos entrampados los venezolanos. La violencia es el plato del día. El régimen arrecia para amedrentar al pueblo venezolano y evitar a toda costa la descomunal paliza electoral que le espera el próximo domingo. Tal cual lo hemos dicho en reiteradas oportunidades, ya esto dejo de ser un asunto de partidos y de políticos, para ser parte de la necesidad de cambio de cada ciudadano en lo particular. La crisis llegó a la despensa de tu casa para vaciarla. La crisis te pisotea, te humilla. Toca lo más íntimo de nuestra conciencia, de nuestra dignidad, de nuestro derecho a vivir…
Reiterar el llamado a la responsabilidad colectiva y ciudadana para estimular a esos 5 millones de venezolanos que jamás votan porque piensan que la política no los afecta, toma ribetes dramáticos frente a las futuras generaciones. Condenar a nuestra descendencia a vivir en escases, en miseria y acorralados por la violencia, resulta un acto, además de cobarde, profundamente mezquino. Quienes vivimos los años dorados de la democracia venezolana, sabemos lo que representa el retorno a la institucionalidad, la convivencia y el respeto ciudadano. No hay espacio para dudas de ninguna naturaleza. El comienzo de un largo y escabroso camino de reconstrucción nacional depende de todo cuanto podamos hacer en lo particular cada uno de nosotros este domingo.
Votar con la conciencia y la responsabilidad que nos asiste de cara al un futuro que nos pertenece, y extender la mano amiga a los sectores decentes y de convicciones democráticas del chavismo que se deben incorporar al proceso de convivencia, reconciliación y transformación nacional, representa el gran desafío de los sectores democráticos desde la Asamblea Nacional. Los mensajes revanchistas y odios de los voceros del alto gobierno, deben dar paso al llamado de reconciliación y paz que debe iluminar el horizonte del país a partir del 7 de diciembre.
Sabemos que no será fácil. De nuestra propia convicción y coraje ciudadano depende producir el cambio que el país requiere. A votar y a defender el voto… No habrá amenaza que valga.!!!
Mis comentarios:
-Los colegas que opinan negativamente sobre el Informe de la comisión de Infraestructura del CIEL, no afectan en lo absoluto el marco institucional que se le ha dado a nuestra decisión de aprobar el estudio de los Ingenieros Luís Andrade, Néstor Méndez y Wilmer Barreto.
-Pareciera un acto más que técnico, de profunda mezquindad política, mezclada con celos profesionales. Seamos objetivos.
-Los colegas del PSUV, y de fracciones de ingenieros recién creadas, deben entender que la avenida Uruguay es de todos los Barquisimetanos. Debemos quitarnos la camiseta partidista y revestirnos de responsabilidad profesional…
León rugiente y oso hambriento es el príncipe impío sobre el pueblo pobre… (Proverbios: 28-15)
