En los viajes de Marcos Polo encontramos una leyenda sobre el viejo de la montaña.Era una fortaleza llamada Alamut o la montaña de los asesinos, donde se llevaban a algunos aspirantes a quienes drogaban con haschisch, para que soñaran que estaban en el paraíso, allí, se le adoctrinaban para que salieran a asesinar a los enemigos del Islam. Los infieles caían asesinados por sus dagas. ¿Leyenda o historia verdadera?
Al enterarme de la noticia de ese viernes 13 de noviembre, mis pensamientos emergieron inmediatamente. Estoy unido a Francia familiarmente y mis vivencias siempre están presentes. Sentí ganas de llorar. Mis movimientos de mi corazón, sístole y diástole cambiaron su frecuencia. Todo me era familiar;Bataclan está en el barrio donde yo vivía y en donde vive mi familia. Todo se había desarrollado en un barrio popular, los distritos 10 y 11. Lugares de cafés donde el francés y de otras nacionalidades, frecuentan para reunirse con sus amigos. Pequeños cafés para compartir después de una semana de vida estresada por el trabajo. Humildes espacios. Sala de estar para los amigos. Es un día de fiesta. El Estadio en Saint Denis juegan los partidos de fútbol Alemania y Francia y en la sala de concierto Bataclan se presenta una banda de Rock. Todo es un ambiente de alegría; es un viernes de parranda y de diversión. Es el amor; es la amistad.
Barrios conocidos donde viven y frecuentan los “Bobo”, nombre formado dedos palabras francesas Bourgeois y Bohemio. Lugar de venta de ropa usada, de sitio conocidos como el Hotel duNort, así, se llama una película. Los parisinos acostumbran ir la mayor parte de tiempo a los cafés. Esa noche muchos de ellos están en Petit Cambodge,Cafés Carrillon, la Belle Équipe y en Le Comptoir Voltaire saborean un café, una copa de vino o están cenando.
Todo está normal, no hay nada extraño. De repente en el concierto de rock aparecen sonidos de ametralladoras, no son notas musicales que se escuchan, los terroristas se han hecho explotar: hay heridos y muertos. Es el dolor, el grito desesperado. La muerte está presente. Disparan. La gente corre, se esconde… Los cafés y los restaurantes atacados son transformados en un ambiente macabro. Ya no suenan los instrumentos de música ni se conversa de nada. ¡Es el horror¡
Es el pánico,la exacerbación de un grupo de impetuosos, ocho personas con problemas de personalidad han acabado con los sueños de personas inocentes. Algunos conocedores comentan, que aparte de sus creencias políticas y religiosas, tienen que drogarse para poder hacer este acto donde han perdido lo humano. Esto traerá más xenofobia, se mirará con sospecha a los árabes, crecerá la islamofobia… Francia cuenta entre sus habitantes 5 millones de musulmanes. Pero no todos los musulmanes son integrantes de grupos fanatizados. Es lamentable. Por ahora, Francia, Rusia y otros países bombardean en Siria tratando de eliminar o neutralizar el grupo ISIS…, y, otros inocentes mueren; otros, que no tienen que ver con este grupo armado.
Si comencé este texto haciendo mención a Marcos Polo para ilustrar y hablar de un grupo fanatizado,hoy, en París en los lugares donde ocurrieron los atentados, entre velas, flores textos y frases, aparece el libro de Ernest Hemingway París es una fiesta. Al presente, los franceses quieren refrescar su memoria de esos años 20, “los años locos” de alegrías, vinos, de artistas, de pintores, de Cancán, de un París que siempre será París. La ciudad de la libertad y del amor. Hoy, es un libro que todos quieren leer o releer. El país de la libertad, Igualdad y fraternidad…, se habla de Tercera Guerra mundial, como si fuera un partido de fútbol, hoy, queremos PAZ.París lo siento, tus ciudadanos han sido contaminados por este virus que hace mucho daño a la humanidad: El terrorismo. Au revoir París.