Asdrúbal Chávez parece un homenaje viviente a su primo, todavía venerado en su tierra natal. Es aspirante a congresista y busca ocupar un escaño en la Asamblea Nacional. Los ojos de Hugo Chávez se asoman bajo su gorra de béisbol roja y la firma del fallecido presidente aparece garabateada en su camiseta roja.
Pero, por primera vez, evocar la imagen del fundador y creador de la revolución socialista venezolana no basta para que alguien que lleve el apellido Chávez pueda resultar elegido a un cargo de elección popular en este estado de planicies y llanuras, donde nacieron y se criaron tanto el fallecido líder como sus cinco hermanos.
La fuerza política que tenía la familia Chávez en Barinas, que ha gobernado a este estado desde finales de 1990, aparentemente se está desmoronando según las encuestas electorales que muestran un giro en todo el país en contra del partido fundado por Hugo Chávez.
El fallecido mandatario, que creció en una casucha con piso de tierra, aún tiene muchos que lo adoran en este estado ganadero. Pero en los 32 meses transcurridos desde su muerte, el apoyo a sus hermanos y primos, recientemente enriquecidos, disminuye a medida que se alargan las colas para comprar alimentos, la delincuencia crece exponencialmente y se multiplican las quejas de ineficiencia, corrupción y amiguismo en el gobierno local.
Adán Chávez no cumple con sus deberes
Una derrota en su fortín político en las elecciones legislativas del seis de diciembre sería un golpe duro para el partido gobernante, que controla las instituciones estatales después de 16 años en el poder. Si el Partido Socialista Unido de Venezuela puede perder aquí, puede perder en cualquier otra parte del país. Y lo cierto es que las encuestas pronostican su primera derrota en una elección nacional.
El alcalde de Barinas, José Luis Machín, dice que la familia Chávez está peleando con la gente y entre ellos mismos. Rumores de vieja data de peleas internas de la familia se multiplicaron cuando el gobernador del estado, Adán Chávez, ampliamente repudiado por su aparente negligencia en el cumplimiento de sus deberes, apoyó a candidatos oficiales del Partido Socialista mientras que sus familiares apoyan a los disidentes. Además, están las mansiones donde viven, la ropa fina que lucen y las caravanas de camionetas importadas adquiridas por el clan Chávez, que antes eran pobres.
Es difícil ocultar la riqueza en este estado escasamente poblado, uno de los más pobres del país. Los hermanos y familiares de Chávez viven en complejos residenciales que ocupan cuadras enteras. Esta semana, los guardias transportaron a un perrito faldero pomerano cuidadosamente peinado desde la propiedad urbana de los padres, rodeada por muros de tres metros, a una finca rural, cuyo tamaño ha crecido constantemente desde que la familia de Chávez tomó el poder, dicen los vecinos.
La polvorienta Sabaneta se ha convertido en la Disneylandia de Hugo Chávez. Carteles con señales de tránsito llevan a una ruta conmemorativa de Chávez, que incluye murales recién pintados, la sede del Partido Socialista, y la casa dónde Chávez vivió la infancia y que reabrió el año pasado como atracción turística. Es difícil medir la riqueza de la familia Chávez.
Una reportera de la AP quiso averiguarlo en la oficina de registros públicos pero salió con las manos vacías. Posteriormente la policía secreta SEBIN la detuvo brevemente, y la cuestionaron agresivamente.
Obras públicas paralizadas
El salario estatal bajo el gobierno de los hermanos Chávez es inferior a 300 dólares mensuales calculado al tipo de cambio del mercado negro, que todos acá usan. La oposición sostiene que utilizan una red de compañías fachada y títulos de propiedad a nombre de testaferros para ocultar el número creciente de sus propiedades agrícolas.
La Asamblea Nacional y el Ministerio Público, ambos controlados por el partido de gobierno, no han encontrado irregularidad alguna. El paisaje está salpicado de obras públicas paralizadas. La construcción de un aeropuerto internacional de 700 millones de dólares prometido por el difunto presidente hace siete años apenas está en sus inicios. Un estadio de fútbol de 100 millones está sin terminar después de casi una década. El gobernador Adán Chávez, un año mayor que su hermano muerto, niega que la insatisfacción de las personas esté aumentando.
Hemos hecho en 16 años lo que no se quiso hacer en un siglo por falta de voluntad política de quienes aquí gobernaron con la socialdemocracia burguesa y nunca creyeron en el pueblo que por cierto, son los mismos que desde la `charca’ de la oposición ofrecen cambios, en un intento más de engañar a alguna gente. Sin dudas, serían cambios para volver al pasado», dijo Adán Chávez en un editorial publicado en una publicación chavista.