EL bullicio latino en el Marlins Park fue impresionante. La alharaca contentiva de cánticos, arengas y música típica resultó algo inusual en el parque de pelota de Miami. Se siente que el examen fue aprobado y el éxito de la llamada “Serie de las Américas” no tiene discusión. El choque entre Licey y Águilas Cibaeñas convocó más de 12 mil personas el día sábado, y la final entre el cuadro del Cibao y Cardenales de Lara tuvo una concurrencia cercana a los diez mil aficionados… EL hermoso escenario ofreció una organización al estilo de Grandes Ligas. Todo funcionó como en un juego del calendario regular norteamericano. Claro, las cantidades mencionadas apenas se aproximan a una tercera parte del aforo, por lo cual no se agigantaba la presencia de los aficionados caribeños radicados en USA.. LOS empresarios se esmeraron y la iniciativa tendrá continuidad porque el parque ha sido contratado por tres años para funciones similares. Si hubo ganancias o pérdidas materiales no lo sabemos porque esos son datos confidenciales. Nos referimos a la clarinada deportiva, el estruendo originado por venezolanos y quisqueyanos, con la grata sensación que proporcionaba ver un juego de la programación nuestra en un estadio de liga grande. Para muchos pareció un sueño escuchar por allá el “Gloria al Bravo Pueblo”, con el coro de tanto paisano que ha emigrado en busca de paz y oportunidades… LA experiencia fue positiva, la justa se repetirá, probablemente con otros protagonistas. Y la idea en ciernes es que pronto pueda efectuarse en la monumental casa de los peces una Serie del Caribe.
PAULO Orlando nos hace recordar peloteros importados de antaño. Qué tiempos aquellos cuando los jugadores foráneos -sin que importara su clasificación- se afanaban por jugar en los torneos criollos. Si pretendiéramos elaborar un listado de tantas figuras que han desfilado por nuestros certámenes, no habría espacio en la columna. En los años 60 y 70 eran los extranjeros los que le daban lustre al evento e imponían su categoría en los torneos caseros, entonces con limitadas cantidades de nativos, escasos también en Grandes Ligas… EL paulista, supuesto a debutar anoche contra Magallanes, es una excepción. Todavía no ha terminado de festejar el título universal de Kansas City y ya está uniformado de cardenal, un gesto que le agradece la afición. Hoy en día, por una gran variedad de circunstancias, este tipo de actitudes causan admiración. Inevitable recordarnos de los astros importados que como Pete Rose, Diego Seguí, Dave Parker, Don Baylor, Rod Carew, Barry Bonds, Roy Campanella, Cecil Fielder -y mejor paremos aquí- prestigiaron los eventos del patio… LO que antes era habitual, normal, hoy es objeto de encomio. En un campeonato dominado por la categoría elevada de los nativos, con tanto jugador de liga independiente y con los peloteros extranjeros sacándole el cuerpo a los contratos, gestos como el del brasileño son bienvenidos y estimados en grado sumo. Será un gusto ver a un campeón del mundo custodiando otra vez la pradera central del “Antonio Herrera”.
SE imaginan que Luis Valbuena, César Hernández y Maicer Iztúris puedan jugar. Ninguno de los tres está confirmado, pero todos tienen posibilidades de ver acción. El antesalista de Houston fue operado de un pie y entrará inmediatamente en rehabilitación. Si es factible jugará a finales de diciembre, porque su fiebre de acción siempre es alta. El utility de los Filis se siente mejor de un pulgar operado, pero está en fatiga extrema y habrá que superar ese obstáculo al estar disponible físicamente. El menor de los Iztúris sigue su programa de preparación en Barquisimeto. Si se lograra adicionar este trío, el manager Luis Dorante tendrá una amplia baraja de peloteros de clasificación elevada. Agradables dificultades. Tiempo al tiempo… EL nuevo formato ya tiene otro beneficiario. Los Bravos, sacudidos por 23 reveses en 32 juegos de la primera fase, comenzaron de cero el 17 de noviembre y ahora son los líderes de la justa, hasta ayer con 7-1. Sabroso eso de pasar en apenas una semana de un profundo sótano a la azotea principal. En el sistema anterior muy probablemente no se habrían podido levantar de los escombros… LA entrada del martes en el parque local -10.032 personas- confirmó la motivación que tiene este año la afición larense. Los números que se manejan son superiores a los de la temporada anterior, lo que constituye una sorpresa agradable, bajo el entendido de la situación crítica existente en el país. Seguro habrá que agregar la buena asistencia de anoche en el encuentro contra Magallanes.
RUBÉN Mijares será objeto esta noche en Margarita (Bravos-Tiburones) de un homenaje justo y merecido. A la distancia emociona el reconocimiento para quien nos ha premiado con una amistad cercana a la hermandad. El porteño, analista reputado, comentarista de excepción, prolífico y versado en innumerables disciplinas, nos deleitó con anécdotas e historias por 27 años en los micrófonos de Cardenales. Y son como 55 entre bates y pelotas. Un abrazo recio, Rubén… INCONTABLES los saludos que nos prodigaron en Miami. El interminable Felo Ramírez, activo en el micrófono a los 92 años, de visita en la caseta de transmisión. Juan Vené, a los 86, con sus columnas infatigables. Enrique Rojas (ESPN). Estrechamos las manos de muchos periodistas venezolanos que están radicados en Florida. Escuchamos cientos de voces criollas en cualquier mall o restaurant. La expedición hacia el norte es numerosa y muchas veces llena de tristeza y tropiezos… WALTER Álvarez se marchó inesperadamente. La vileza del hampa que nos atormenta y aniquila hizo de este querido joven otra víctima fatal. No faltaba un juego en compañía de su padre, el Dr. Alí Álvarez, y era funcionario de seguridad en el palco de los medios. Su mejor tarea en este asiento temporal fue juntar amigos, entusiasmarnos con sus actitudes y destacar como ciudadano luchador de los derechos civiles. La injusta partida nos hizo un nudo en la garganta porque se le apreciaba de veras. Dios reciba su alma… EL estadio “Antonio Herrera Gutiérrez”, inaugurado con el nombre de “Barquisimeto”, cumplió ayer 47 años. Desde 1991 lleva el nombre del benefactor caroreño, quien, por cierto, será elevado al salón de la fama del beisbol venezolano el próximo 12 de diciembre en ceremonia a efectuarse en Valencia… A propósito del .393 de Rangel Ravelo, el caraquista Bob Abreu ha sido el último en batear .400 en esta liga. Despachó un respetable .419 en la 98-99. Pablo Sandoval (.396) estuvo muy cerca en la 08-09.