Siete años de fundada tiene la comunidad San Miguel Arcángel ubicada en el kilómetro 14 de la vía hacia Quíbor. Las casas las construyó el Gobierno nacional en terrenos propios, pero las entregó sin ningún servicio básico.
Las 399 familias tienen siete años recolectando agua en pipas para el uso y consumo diario y haciendo sus necesidades en pozos sépticos, cada patio tiene al menos tres pozos, los residuos no han sido eliminados.
En 2013 Corpolara aprobó los trabajos para la colocación de las tuberías para aguas residuales a través de una contratista. Las máquinas están paradas hace cinco meses, la obra está inconclusa.
Habitantes de la comunidad trancaron la avenida Florencio Jiménez en ambos sentidos desde las 5:30 de la mañana para exigir la culminación de los trabajos. El tráfico automotor colapsó, muchos vehículos se recalentaron, pasajeros que venían de Maracaibo a la ciudad crepuscular debieron bajarse con las maletas y caminar un largo tramo para tomar otro bus hacia su destino.
Los choferes se bajaron de las unidades e intentaron mediar con los manifestantes para que cedieran el paso pero no lo lograron, ellos exigían la presencia de una autoridad, que nunca llegó.
Los que sí estuvieron presentes fueron varias comisiones de la Policía del estado y Policía Nacional, también explicaron a los protestantes que las vías correctas para la solución del problema no es colapsar la avenida, pero tampoco cedieron.
Joaquina Jiménez, manifestante, explicó que en San Miguel Arcángel los niños están enfermos por la proliferación de zancudos que transportan los virus. Presentan vómitos, erupciones cutáneas, dolores abdominales y de cabeza.
En épocas de lluvias, viven las peores crisis. Carla Puertas, afectada, comentó que el agua se queda estancada formándose lagunas e impide el acceso a la calle principal. “Cuando llueve nadie sale de su casa”.
Sin servicio
Aunque las casas son de bloque y la mayoría tienen buenas fachadas, ninguna familia cuenta con servicio de electricidad, agua por tubería ni asfaltado.
En enero el alcalde del municipio Iribarren, Alfredo Ramos, fue en una de sus caminatas madrugadoras, les prometió el servicio eléctrico. En una zona colocaron torres con cableado pero no instalaron las de suministro, la obra también quedó inconclusa. “Estos cables están de adorno” dijo Marcia Mateo.
Al gobernador Henri Falcón tienen dos años sin verle la cara.
Esta es la quinta vez en el año que cierran la vía y no les han dado respuesta, pero los protestantes amenazaron con continuar con las acciones de calle si en las próximas horas no les ofrecen solución.
Voceros del Consejo Comunal dijeron que han ido a todos los organismos con competencia, los atienden, pero luego no hacen nada.