El Deportivo Lara, fundido en lo físico y sin ideas en lo deportivo, apela a la fe para sacar adelante la eliminatoria que protagoniza con La Guaira por los cuartos de final de la liguilla final (torneo Adecuación) y que lo tiene abajo 2-0, tras el resultado de la ida, desarrollado en el Metropolitano de Cabudare.
La tarea para los rojinegros es dura, luce cuesta arriba. Necesita al menos marcar dos goles para igualar la llave y tres para sellar la remontada. No es que sea imposible, pero vista la jerarquía y el nivel del rival litoralense, muy ducho para manejar escenarios de presión, parece poco probable.
Sin embargo, en las filas del elenco larense hay optimismo y consideran que pueden darle vuelta a la llave mañana en el careo de vuelta, a jugarse en el estadio Olímpico de Caracas (7.30pm).
“Es difícil, pero cada uno de nosotros sabe el fútbol que tiene”, señaló el atacante Heiber Díaz Tovar, en nota de prensa, sobre las posibilidades de ganar el segundo duelo del cruce con la diferencia requerida.
Podemos remontar, si nos la creemos y tenemos la actitud que tuvimos en algunas series de Copa Venezuela. Creo que podemos sacar el resultado que necesitamos”, agregó “El Matador”, que el domingo volvió a la acción después de una larga pausa, producto de una lesión den la clavícula.
El historial reciente atenta contra las aspiraciones del rojinegro, que ve en La Guaira una especie de “bestia negra”, porque no ha podido ganarle en los cuatro duelos disputados durante el actual semestre. De hecho, en dos de esos cuatro enfrentamientos gozó de la “ventaja” de tener uno más en cancha y, sin embargo, no lo hizo valer en el terreno de juego. Otro dato no menor es que no ha podido marcarle goles en 360 minutos. Palabras más, palabras menos, está ante una dictadura litoralense, que lo tiene bien estudiado y lo ha desactivado en fase ofensiva.
El técnico Rafael Dudamel, en paralelo con su rol de seleccionador nacional sub20, buscaba entre ayer y hoy establecer en plan estratégico para conseguirle la vuelta al planteamiento de La Guaira y tratar de hacerle daño, romper con ese impecable desempeño defensivo que despliega el actual bicampeón de Copa Venezuela.
Su gran duda, según admitió en declaraciones oficiales, es la actual condición física de sus dirigidos, sometidos a un desgaste enorme desde julio y hasta la fecha, que los tiene con el tanque de gasolina en la reserva.
“Nos empieza a pasar factura el desgaste de semestre, se sintieron las 40 horas de viaje ida y vuelta hacia Puerto Ayacucho, emocionalmente nos dio alegría el empate ante Tucanes por la clasificación pero físicamente nos desgastó mucho el ida y vuelta por tierra. Se nos ha escapado el resultado en casa, ahora debemos ir a Caracas, conversaré y revisaré bien la recuperación porque a la capital hay que ir con un equipo físicamente lo más fresco posible”, indicó Dudamel.
El Lara ve en el octogonal final su vía para clasificar, por esfuerzo propio, a la Sudamericana 2016, aunque, paradójicamente, La Guaira puede darle el boleto de rebote, porque un avance litoralense a la final de esta instancia clasificará al rojinegro por ser subcampeón de la Copa Venezuela.