La historia de Cardenales de Lara en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional está cargada de anécdotas. Las generaciones de relevo han marcado épocas y en la actualidad los hijos de figuras emblemáticas de la organización comienzan a reclamar protagonismo y preparan el terreno para convertirse en las caras emergentes.
Juniel Querecuto juega su primera campaña a tiempo completo con el equipo grande y se ha apoderado de la titularidad en el campocorto. Su padre, Juan Querecuto, formó parte del exitoso equipo de los años 90 y estuvo en tres de los cuatro títulos alcanzados por la organización.
“Para mí es un verdadero orgullo pertenecer al mismo equipo en la que jugó mi padre. Estar en el mismo terreno de juego es una alegría muy grande”, declaró Juniel Querecuto.
“No tuvimos la oportunidad de jugar juntos, pero siempre me ha brindado su apoyo y es uno de los que más me ha motivado a lo largo de mi carrera”.
“De pequeño siempre estaba en el estadio con él y ahora tengo la oportunidad de venir todos los días y jugar como profesional. Todo se lo debo a mi papá, por el apoyo que me brindó desde pequeño. Siempre me decía: ‘algún día vas a estar aquí’. Y tenía razón, porque aquí estoy”.
Consultado sobre un momento especial que recuerde de su padre con el uniforme de Cardenales, Juniel aseguró que “aquella conexión en la final -que por poco sentencia el juego y salió de foul por muy poco- es inolvidable para cualquier seguidor de Cardenales”.
Otro jugador que sigue los pasos de su padre es César Daniel Izturis, quien a sus 15 años ya forma parte de la organización y en 2015 juega con uno de los equipos de la Liga Paralela.
El hijo de César Izturis se traza como meta ser tan bueno como su padre y sus desplazamientos dentro del terreno de juego indican que tiene las condiciones para hacerlo.
El joven infielder ha tenido a su padre como mentor desde sus primeros pasos y viene de una familia con genes de pelotero. Su tío, Maicer Izturis, ha cumplido una buena carrera en las mayores y en la actualidad también forma parte de Cardenales de Lara, aunque se recupera de una lesión.
“Es una bendición tener la oportunidad de seguir los pasos de mi padre en la misma organización para la que todavía juega”, dijo el joven larense. César Daniel se pone el listón bien alto y confía en que sus habilidades lo llevarán lejos. “Quiero ser mejor que mi papá”, agregó. Su padre ganó un Guante de Oro con la organización de los Dodgers de Los Ángeles en 2004.
A César Daniel no le genera presión el hecho de que su padre y su tío brillaron en Grandes Ligas y en la LVBP. “Mi padre siempre me apoya. Ha sido mi coach, mi mejor amigo y siempre está para darme una sugerencia en el momento que la necesito”.
El primer recuerdo que le llega a la mente de su papá con el uniforme de Cardenales es la final frente a Tigres de Aragua (2008). “Le fue bien, aunque no lograron ganar el campeonato”, rememoró.
José Escobar, quien también brilló con el uniforme de Cardenales, tiene a dos de sus hijos en el equipo. Edwin Escobar forma parte de la rotación del mánager Luis Dorante y Edwin Escobar es uno de los jardineros suplentes de la actual plantilla.
El próximo en unirse al club será Robert Alexander Pérez Perdomo, hijo del mítico número 51 de Cardenales, el hombre récord de la pelota rentada nacional, “La Pared Negra”, Robert Pérez.
Aunque se desempeña como receptor, quiere seguir los pasos de su padre y solo espera tener la edad reglamentaria para formar parte del equipo donde su padre posee una gran cantidad de récords. En los entrenamientos de pretemporada ya estuvo con el equipo.