Los bombardeos de las aviaciones rusa y siria contra posiciones del Estado Islámico (EI) en Siria dejaron decenas de muertos, informó el sábado una ONG.
La ONU aprobó por su lado la adopción de «todas las medidas necesarias» para combatir a la organización yihadista, que controla gran parte de Siria e Irak.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los bombardeos en la provincia de Deir Ezor se proseguían el sábado, después de haber sufrido el viernes los «más violentos» ataques registrados en esa región del este de Siria desde el inicio de la guerra civil en 2011.
Rusia, aliada del régimen sirio, intensificó sus bombardeos contra el EI después de que el presidente Vladimir Putin prometiera responder al atentado contra un avión ruso en el Sinaí egipcio, reivindicado por el grupo yihadista.
«Por lo menos 36 personas, entre ellas 10 niños, murieron y decenas resultaron heridas en más de 70 bombardeos realizados por aviones rusos y sirios en varias localidades de Deir Ezor» el viernes, dijo a la AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
Los ataques estaban dirigidos contra barrios de la ciudad de Deir Ezor, así como contra tras localidades de la provincia, como Mayadin y Bukamal, y tres campos petrolíferos, precisó.
La provincia de Deir Ezor, con importantes yacimientos petrolíferos, está en manos del EI, que también controla la mayor parte de la capital provincial, excepto el aeropuerto militar y algunos barrios cercanos en manos del régimen.
Los rebeldes yihadistas lanzaron nuevos y violentos ataques contra ese aeropuerto el sábado.
Navíos rusos también lanzaron 18 misiles de crucero contra objetivos en las provincias de Raqa (noreste), Idleb (noroeste) y Alepo (noroeste).
Rebeldes no yihadistas, entre ellos ellos milicianos de la minoría turcófona de Siria, retomaron por su parte el control de dos aldeas del norte del país que estaban ocupadas por el EI, Harjaleh y Dalha. Para lograrlo contaron con apoyo aéreo turco y estadounidense.
Turquía quiere una «zona de seguridad» destinada a acoger a los desplazados y refugiados sirios en el extremo norte de este país.
Amenaza mundial
Moscú había anunciado esta semana que atacaría los camiones cisterna del EI. Según una investigación del diario británico Financial Times, el contrabando de petróleo aporta al grupo 1,5 millones de dólares al día a un precio promedio de 45 dólares por barril.
Estados Unidos, que encabeza una coalición internacional de la que Rusia no forma parte y que bombardea al EI en Siria e Irak, afirmó que se centraría más en las fuentes de financiación del grupo yihadista.
La coalición indicó haber destruido esta semana 116 camiones cisterna utilizados por el EI para el transporte del carburante.
Tras la reivindicación por el EI del atentado con bomba contra el avión ruso (224 muertos) y la matanza en París (130 muertos), la comunidad internacional parece más que nunca decidida a combatir al grupo, responsable de múltiples atrocidades, sobre todo en la extensa zona que controla a caballo entre Siria e Irak.
En Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el viernes por unanimidad una resolución presentada por Francia, que pide a los Estados miembros «tomar todas las medidas necesarias, en conformidad con las leyes internacionales (…) en el territorio controlado por el EI en Siria e Irak».
Califica, además, al grupo yihadista de «amenaza mundial y sin precedentes contra la paz y la seguridad internacionales».
Por París
Putin prometió esta semana perseguir y «castigar» a los autores del atentado del avión y su homólogo francés François Hollande hizo lo propio tras la matanza de París. Ambos han decidido cooperar en el combate.
Hollande viajará la semana entrante a Moscú y Washington.
Aunque Moscú y París están unidos en la lucha contra el EI, difieren sobre la manera de solucionar el conflicto sirio. Rusia quiere asociar al régimen de Bashar al Asad a cualquier solución mientras que los occidentales piden su dimisión.
Francia envió además su portaaviones «Charles de Gaulle» a la zona y Rusia pidió a Líbano que desviara vuelos para que evitaran la zona marítima desde la que lanza sus misiles de crucero.
El conflicto sirio, que ya dejó unos 250.000 muertos, se inició en marzo de 2011 con la represión de manifestaciones pacíficas que exigían reformas, pero se complicó al multiplicarse los actores, locales y extranjeros, en un territorio cada vez más fragmentado.