La desconfianza en el sistema de justicia penal y el alto índice de impunidad, han determinado la ola de linchamientos que se viene sucediendo en Venezuela en lo que va de año.
La afirmación está sustentada por los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida 2015 (Encovi), realizada por las universidades Católica Andrés Bello, Simón Bolívar y Central de Venezuela.
«9 de cada 10 venezolanos piensa que el sistema de justicia, entendiéndose éste como todas las instituciones que intervienen en la persecución del crimen (policía, fiscalía, tribunales y sistema penitenciario), no hacen su trabajo. 3 de cada 4 personas (74% de los encuestados) siente que la policía no lo protege», manifestó el sociólogo Roberto Briceño León, a cargo de la presentación del aspecto Seguridad.
«Esta desconfianza en quienes deben brindar seguridad aumenta las respuestas privadas de la población, que tienen que ver ya sea con la protección (privada) o con el linchamiento o el sicariato, fenómenos que han aumentado de una manera importante en el país», manifestó.
El estudio reveló otros datos igualmente inquietantes: 37% de los encuestados consideró que es fácil o muy fácil «mandar a matar a alguien», y el 23% se mostró de acuerdo con poseer un arma de fuego para protegerse. La creencia en que las instituciones no actuarán también es responsable de que 64% de los venezolanos no denuncia.
Más allá de la percepción, 15% de los entrevistados afirmó haber sido víctima de un delito en los últimos 5 meses. Sobre este punto la consulta se extendió y el resultado fue que «20% de los hogares venezolanos fueron victimizados el último año», apuntó Briceño.
90% de los ciudadanos piensa que la inseguridad ha aumentado, y al buscar culpables, el 92% considera que la gestión del actual gobierno en materia de seguridad es deficiente. Hay otros signos importantes de descomposición social derivados del estudio. Se incrementó la incidencia del delito amateur, es decir, cometido por personas que no se dedican a ello de manera profesional sino ocasional. Así mismo, aumentó el microtráfico de drogas, la extorsión y el sicariato, y «más de la mitad de los secuestrados en el país son pobres, a cuyos familiares piden montos pequeños de dinero», dijo Briceño con base en la consulta pública.
«Hay una percepción y una realidad de victimización en Venezuela», señaló Briceño León. Pero además, por ser una situación sostenida y progresiva desde hace más de 10 años, ya la gente está cansada y los niveles de tolerancia por el piso.
«Las personas no quieren negociar con los delincuentes, quieren que los castiguen», recalcó el sociólogo e investigador.
Radicalización y sus efectos
El sociólogo especializado en el fenómeno de la violencia en Venezuela, coordinador del estudio académico en el aspecto de Seguridad (por la UCV), aseguró que ya se están viendo las consecuencias de la falta de respuesta del Estado en sus consecuencias más extremas.
«Cuando en una sociedad no hay castigo, y los ciudadanos sienten que si les asesinan o secuestran a un ser querido no habrá consecuencias ni justicia, el primer instinto es protegerse, lo que pasa en un primer nivel con inhibirse y no salir a la calle, después por adquirir un arma de fuego, y después por buscar la justicia por las propias manos. Eso es lo que estamos viendo en nuestra sociedad», explicó Briceño León.
Por otro lado, el especialista explicó que es necesario que cualquier política de seguridad que se aplique se trace como meta escencial «disminuir la violencia y pacificar a la sociedad».
En este sentido criticó el Operativo de Liberación del Pueblo (OLP), que «al final se ha convertido en violaciones de derechos humanos por la vía de ajusticiamientos policiales que han traído más violencia y más inseguridad», expresó.