El presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Eulogio del Pino, indicó este sábado que la industria estatal evalúa emprender acciones legales en Estados Unidos ante el espionaje practicado por el Gobierno de esa nación sobre la empresa nacional de hidrocarburos.
«Es algo inadmisible y que ante las leyes de Estados Unidos vamos a reclamar y solicitar resarcir daños», puntualizó a periodistas tras concluir las reuniones ministeriales celebradas en Teherán, de cara a la tercera Cumbre de Países Exportadores de Gas, a realizarse el lunes en esta ciudad. «Vamos a reclamar esta situación ante la ley», añadió.
El sistema de seguridad informático de Pdvsa, la quinta petrolera del mundo, fue violentado para tomar información confidencial.
Las evidencias del espionaje quedaron plasmadas en un documento que data de marzo de 2011, revelado esta semana en el sitio web de Telesur.
Da cuenta de que la agencia estadounidense de inteligencia penetró la red interna de la estatal petrolera a finales de 2010 y acopió correos electrónicos internos, más de 10.000 perfiles de empleados con direcciones de email y números de teléfono, y los nombres de usuarios y contraseñas de unos 900 trabajadores.
Los documentos proporcionados por Edward Snowden, ex analista de la agencia norteamericana perseguido por el gobierno de Barack Obama, también revelan una operación para infiltrar la industria petrolera con el uso de equipos de vigilancia de alta tecnología desde la Embajada estadounidense en Caracas.
Del Pino enfatizó este sábado que las leyes estadounidenses son claras en cuanto al espionaje corporativo, y lo penan.
«Estamos evaluando acciones legales, no son morales. Involucrarse en los datos personales de nuestros trabajadores, nuestras estrategias, nuestros planes, nuestras operaciones, es un acto de involucramiento que es inadmisible», manifestó.
Tras conocerse el espionaje, el presidente de la República, Nicolás Maduro, solicitó este miércoles a la canciller Delcy Rodríguez establecer una reunión urgente con el Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Venezuela y revisar las relaciones bilaterales.
Se trata del más reciente capítulo de las agresiones del Ejecutivo norteamericano contra la Revolución Bolivariana. En marzo de este año, el presidente Barack Obama calificó a Venezuela de «amenaza inusual y extraordinaria» y decretó unas sanciones contra funcionarios del país. Esto generó el rechazo del pueblo y países de la región.
