Sin producción nacional y al disminución los niveles de importación, ¿cómo subsiste el país? La caída en los precios del petróleo, en más del 50%, podría dar a pensar que esta actividad de comercio exterior, en la cual se benefician aún más otras economías, ha mermado en igual porcentaje.
Al revisar cualquier etiqueta de los productos, es posible conocer el mapa comercial venezolano. Argentina, Brasil, Uruguay y Brasil, han minado el mercado nacional, mientras los productores criollos, entre ellos los del campo, en medio de la incertidumbre, analizan si abandonar la práctica o incluso el país.
Se genera entonces una confrontación entre el producto hecho en Venezuela y el acabado en otro país e importado para competir a bajos precios (en algunos casos) en el mercado.
Sobre este tema fueron consultados por el área productiva Aquiles Hopkins, vicepresidente de la Confederación de Asociaciones de Productos Agropecuarios (Fedegaro) y Giorgio Reni Casas, presidente de la Cámara de Industriales de Lara. En materia comercial declaró la presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios, Cipriana Ramos.
Coincidieron en señalar que Venezuela, más que importación, requiere de una economía de mercado con libre oferta y demanda, donde los mejores (empresas o profesionales), marquen la competencia.
Señalan que es complejo establecer cifras sobre la caída de la producción nacional, pero si se aprecia rubro por rubro, se puede observar que el deterioro es agudo.
Hopkins, se atrevió a indicar que “probablemente en el pasado se producía el 70% de los alimentos totales, pero actualmente Venezuela se vale de la importación”.
Apuntó que entre el 40% y 50% de lo consumido en el país se produce en Venezuela. El porcentaje restante se importa.
Por su parte, Ramos comentó que es posible que se aprecie aún más la caída del sector alimentos por la escasez y las colas, por tratarse de rubros de primera necesidad. Pero, vale destacar que todos los sectores de la economía venezolana presentan un bajo rendimiento.
Contrastes del tiempo
Venezuela cuenta con una larga historia productiva. Sobre los rubros en los cuales fue autosuficiente y que en la actualidad dependen de la importación, el vicepresidente de Fedeagro señaló que productos como el café fueron de alto repunte en el país, puesto que se exportaban 200 mil quintales por año, luego de autoabastecer el mercado interno. Se producían 1.600.000 quintales.
En la actualidad la producción nacional escasamente alcanza los 500 mil quintales, mientras se importan entre 700 mil y 900 mil de estos por años, desde Nicaragua y Brasil.
El arroz es otro ejemplo de la situación descrita. La producción nacional no sólo respondía a la demanda nacional, sino que permitía llevar al exterior otras 200 mil toneladas a Colombia. Sin embargo, en el presente se importa el 30% del arroz que se consume, lo que podría ser equivalente a 450 mil toneladas de arroz padi.
El maíz blanco para la arepa, por ejemplo, solía ser neta producción nacional. No obstante, en la actualidad, aproximadamente el 42% se importa. Mientras que la carne también era un rubro de autoabastecimiento, ahora se importa entre el 50% y 60% del consumo nacional.
El azúcar se autoabasteció en un 70%. El resto era importado, pero actualmente la relación es inversa.
Hopkins manifiesta que un escenario como el anteriormente descrito debe propiciar una reflexión, por parte de los actores de la política nacional.
Subrayó que las decisiones que se han tomado en el país, no han estimulado la producción, sino que por el contrario se ha pasado del autoabastecimiento y la exportación a convertirnos en importadores netos de diversos rubros.
Cipriana Ramos subrayó que Venezuela ni en sus mejores momentos ha dejado de ser un país importador. No obstante, no se había importador con tanto volumen como en la actualidad.
“Realmente la sustitución de importaciones nunca se ha logrado. Eso requiere políticas económicas, en las cuales participen todos los sectores, a fin de hacer de Venezuela un país competitivo”.
Rechazó que el Gobierno intente importar alimentos, con base en el consumo per cápita.
Ganancia de hacerlo en casa
Hopkins y Reni coincidieron en señalar que todo producto terminado, importado, le cuesta a Venezuela hasta cinco veces más que fabricarlo nacionalmente, o lo que es igual, redundaría en un volumen cinco veces mayor en el mercado criollo, lo que podría posteriormente representar un autoabastecimiento del mercado con potencial de exportación.
Por cada dólar que el Gobierno nacional invierta en el aparato productivo del país se estaría ahorrando entonces otros cuatro o cinco, los cuales pueden ser inyectados al país.
Reni sostuvo que esto representa una rentabilización de la cifra de inversión, lo que redundaría en un aumento de la productividad del país y restaría fuerza a la dependencia de la importación.
A ello se suma que esto genera riquezas a la periferia de la empresa productora.
Medidas necesarias
Para el representante del sector agropecuario se requiere de políticas de estímulo a la producción, así como dotar el campo de las herramientas, insumos y tecnología necesarios para una mayor producción de alimento de calidad y a menor precio. No obstante, si se priorizan las importaciones, continuará la merma.
Sobre si es viable recuperar los saldos positivos, comentó que esto es 100% posible. Sólo se requiere de la voluntad política del Gobierno.
“Todo el terreno que hemos perdido en producción nacional es totalmente recuperable. Pero es fundamental un mensaje de confianza a la producción nacional, sin abusos ni atropellos… La política de controles de precios ha demostrado ser absurda y ha llevado a la caída de la producción nacional”. Son las principales generadoras de la escasez y el desabastecimiento.
Acotó que la política, que fue diseñada para tener alimento barato, ha generado “que los venezolanos actualmente tengamos poco alimento y muy caro”.
Considera conveniente un “golpe de timón a las políticas agrícolas”.
En opinión de Ramos el Gobierno debe replantear sus políticas económicas, por ser estas perjudiciales. “Se debe importar lo necesario para poder comenzar a fabricar en el país… Hacer los puertos bidireccionales, es decir, importar lo necesario, pero también trabajar la exportación”.
Por su parte, Reni Casas precisó que los mejores periodos económicos del país han sido aquellos en los cuales se cuenta con capacidad productiva óptima, además de otros elementos como sistema eléctrico en excelentes condiciones, así como distribución de agua y buen estado de las carreteras.
Lamentó que los cambios en la Ley del Trabajo hayan generado una disminución en la eficiencia del personal.