En un espacio para 20 personas permanecen 81 detenidos con delitos graves como robo, homicidio y violación, mientras que en el pasillo permanecen encadenados otros 15. En total son 96 los privados que hasta ayer tenía el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, subdelegación Barquisimeto, ubicado en la Zona Industrial I.
Duermen de pie, el hacinamiento cada día empeora con la llegada de nuevos compañeros. Hay detenidos que tienen hasta tres años y están cumpliendo su pena allí porque no son recibidos en ningún penal del país.
Ayer antes del mediodía, los detenidos que estaban en la celda hicieron ceder los barrotes y los usaron como armas para atentar contra la vida de sus compañeros que estaban en el pasillo, los “más débiles”, los llaman así porque están por delitos menores como hurtos y estafas y no son violentos.
Exigieron a las autoridades la presencia del fiscal de Derechos Fundamentales, César Muñoz, para exponerle las peticiones.
Los privados exigen traslado de los penados, mejoramiento en la infraestructura del calabozo, mejores condiciones y visitas familiares.
La situación se tornó violenta pero efectivos del Cicpc apoyados por el equipo antimotín de la Guardia Nacional y Policía Estadal lograron frenar las intenciones de los reclusos y salvaguardar la integridad física de todos. Ninguno resultó herido según la versión oficial.
Familiares se mantuvieron en las adyacencias de la subdelegación, un grupo pasó al recinto para comprobar que sus seres queridos estaban bien. En la tarde la situación se calmó y los grupos de guardia fueron reforzados.
Dijeron que la única manera de comunicarse con ellos era a través de cartas pero hace dos meses no las reciben. Pidieron aceptar las visitas, al menos una vez al mes.
Las autoridades remitieron al nivel central el informe con lo sucedido y la solicitud formal de los traslados masivos.