El presidente Nicolás Maduro reconoció este sábado que existe descontento por la crisis económica pero pidió a sus simpatizantes «no rendirse» y apoyar al oficialismo en las elecciones parlamentarias del seis de diciembre.
Hay «sectores del pueblo que puedan estar molestos porque les han hecho la vida difícil, la guerra económica les ha hecho la vida difícil a muchos venezolanos, y hay gente que puede estar confundida, molesta. Llevan a la gente al extremo del cansancio», dijo Maduro en un acto en el estado Miranda.
El mandatario atribuye la crisis económica -caracterizada por una aguda escasez y una inflación calculada por el gobierno en 85% y por analistas en 200%- a un plan para desestabilizar su gestión emprendido por el empresariado venezolano, confabulado con Estados Unidos, para esconder los bienes y especular con los precios.
Maduro llamó a la militancia chavista a «no rendirse» y añadió que la «guerra económica es fundamentalmente una guerra psicológica».
Por su parte, la oposición organizó caravanas en Caracas y otras ciudades del país en este segundo día de campaña para convocar a sus electores a «votar por el cambio» en los comicios legislativos.
El miércoles pasado, Capriles aseguró que «no hay forma de que el chavismo gane las elecciones del seis de diciembre» porque las encuestas le dan hasta 35 puntos de ventaja a la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática, en referencia a un sondeo de opinión de la firma Datanálisis.
En las últimas semanas, el gobierno aumentó el salario básico en 30%, otorgó 110.000 pensiones y multiplicó la entrega de viviendas y vehículos subsidiados, e importó artículos navideños por 50 millones de dólares.
Para estos comicios están convocados a votar 19 millones de venezolanos, que elegirán 167 diputados de la Asamblea Nacional, actualmente controlada por el oficialismo con un centenar de escaños.