Fanático de historia, Spielberg presentó su película protagonizada por Tom Hanks sobre la Guerra Fría este viernes en Berlín, donde se desarrolla parte de «Bridge of Spies», traducida como «Puente de espías».
«Siempre fui amante de la historia. Tom y yo descubrimos cuando nos conocimos que ambos éramos fanáticos de historia y siempre estábamos compartiendo documentales y libros y biografías», contó Spielberg.
«Es muy emocionante poder recrear la historia en el lugar donde ocurrió», declaró por su parte Hanks. En medio de tensiones entre Estados Unidos y Rusia sobre el enfoque de la guerra en Siria, la película se estrenó el mes pasado en Estados Unidos.
«No creo que hoy en día haya una Guerra Fría que se pueda comparar a la división de Berlín», estimó Spielberg. «Pero hay un poco de aire helado», agregó.
Spielberg cuenta en este filme la verdadera historia de un abogado estadounidense, encarnado por Tom Hanks, que consigue negociar el rescate de dos prisioneros del bloque del este europeo a fines de los años 1950. En 1957, el abogado James Donovan fue elegido por su bufete como chivo expiatorio para defender lo indefendible en Occidente en aquella época: un espía soviético detenido en territorio estadounidense, Rudolf Abel.
Para el gobierno y los socios de Donovan en el bufete se trata sólo de demostrar que el enemigo tiene derecho a una defensa digna de ese nombre, y nada más. Pero, contrario a esta percepción y a la de la opinión pública, el abogado llegará hasta la Corte Suprema, aunque sin éxito. Rudolf Abel conseguirá evitar la pena de muerte, aunque con una condena de 30 años de prisión.
Cinco años después, los servicios secretos estadounidenses solicitan los servicios de Donovan para negociar de manera informal con los soviéticos el intercambio de Rudolf Abel con un piloto estadounidense, Francis Gary Powers, cuyo avión espía U-2 fue abatido.
«El cine siempre fue para mí el mejor modo de sacarme de encima mis demonios y luego lanzárselos a ustedes», declaró Spielberg en Berlín.