Los partidos contra Paraguay y Brasil habían dejado mal sabor de boca. El de ayer fue la confirmación del mal momento que vive la selección de Venezuela. Su visita a La Paz terminó con un impensado y preocupante revés 4-2, dentro de una presentación para el olvido, que por momentos hizo recordar aquella versión de la Vinotinto de hace 30 años, en la que imperaba el desorden y la ingenuidad.
El plan del director técnico Noel Sanvicente no funcionó. Así de sencillo. El estratega decidió acometer la difícil visita a suelo boliviano con un equipo alterno, sin incluir a buena parte de sus figuras, y el experimento le salió muy caro.
No parecía lo ideal. Después de arrancar con dos derrotas, lo imperativo era sumar en la capital boliviana y para ello necesitaba de sus mejores hombres. Sanvicente no lo vio de la misma manera y se arriesgó con una defensa algo improvisada y carente de experiencia.
En la línea posterior estaban dos jugadores de poco recorrido internacional y sin minutos en torneos oficiales como Jeffre Vargas (lateral derecho) y Wilker Ángel (zaguero), al lado de Franklin Lucena, habitual volante de primera línea, aunque ahora mismo juega de defensor en el Once Caldas de Colombia, y Alexander González, que jugó como lateral izquierdo, un lugar en el que poco se le ha visto.
Bolivia se dio banquete con esa defensa que flaqueaba cada vez que le pisaban el área con fuerza. De hecho, el 4-2 lució como un resultado engañoso para la cantidad de llegadas que fabricó el elenco del altiplano.
El sufrimiento comenzó desde el mismo pitazo inicial. Ya a los cinco minutos, Bolivia contabilizaba un par de ocasiones claras frente a un seleccionado venezolano que había entrado con un esquema ultradefensivo de cuatro defensores, tres medios de recuperación, un volante ofensivo y dos atacantes.
Un error de esos que parecían erradicados y han aparecido en el ciclo de Sanvicente le permitió a Bolivia abrir la pizarra al minuto 18. Un despeje de Lucena al centro y no a los lados como corresponde, le dejó la mesa servida a Rodrigo Ramallo para poner el primero. Y cuatro minutos luego un penal de Ángel le dio la llave a Juan Carlos Arce para la segunda diana, en una tarde que pintaba oscura.
Sin llegar mucho, Venezuela se las arregló para descontar por intermedio de Mario Rondón, al 31, pero fue un espejismo, porque el cuadro anfitrión siguió dominando y pisando el área con claridad, antes de marcar el tercero, otra vez en las piernas de Ramallo, poco antes del descanso de mediotiempo.
El 3-1 a esa altura lucía como irremontable, visto el desempeño de la Vinotinto, otra vez sin idea clara de juego y poco profunda.
Bolivia clavó la estocada con un tanto de Rudy Cardozo al 43, recién iniciado el complemento, y dejó sin mayor peso la diana de alta factura de Richard Blanco, al 54, que solo sirvió para maquillar el resultado.
Para colmo de males, la Vinotinto tendrá como próximo rival, el martes en Puerto Ordaz, a Ecuador, que llegará con pleno de triunfos en tres salidas.