Este miércoles se registró en Caracas el sensible fallecimiento del economista y abogado Enrique Tejera París, a sus 96 años de edad, quien desarrolló en Venezuela una extraordinaria política de altura como funcionario público de carrera.
Una de sus banderas fue haber creado y fundado el Sistema Nacional de Planificación y Coordinación (Cordiplan), el 23 de enero de 1958, justamente el mismo día que fue derrocado el dictador Marcos Pérez Jiménez.
Un año después, el 18 de febrero de 1959, fue designado gobernador del estado Sucre hasta el 26 de diciembre de 1961.
Otro de sus logros en la administración pública lo alcanzó en 1962 como presidente del Banco Industrial, dejándolo sin deudas y con su capital aumentado ocho veces.
Senador por votación popular
En 1969, por votación popular, resultó electo senador del parlamento para el período 1969-1974, y en 1989 se desempeñó titular del Ministerio de Relaciones Exteriores durante el gobierno socialdemócrata (AD), de Carlos Andrés Pérez, en el cual militó.
También fue un exitoso diplomático en la etapa democrática del país, destacándose como embajador de Venezuela en España y Estados Unidos (1963 hasta 1968), siendo desde ese cargo uno de los principales voceros latinoamericanos en contra del gobierno cubano de Fidel Castro. Igualmente, fue elegido embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y las Naciones Unidas.
El 20 de diciembre de 2002, la policía política (Disip), ahora Sebin, allanó su residencia y lo acusó de rebelión militar y abuso de autoridad, contra el gobierno de Hugo Chávez. Posteriormente se demostró su inocencia.
Un hombre de enteras palabras
Recientemente, en agosto, una extensa entrevista en su casa de El Hatillo, en Caracas, le concedió el doctor Tejera París con total lucidez a José Ángel Ocanto, jefe de Redacción de EL IMPULSO.
Durante el encuentro, desbordado de preguntas, Ocanto se dirigió a Tejera con esta interrogante ¿Algo por hacer? ¿Qué agenda se tiene a los 96 años?
-Yo quisiera terminar el quinto tomo de mis memorias. Me falta escribir toda la parte del Congreso. No sé si vale la pena. Pero yo creo que todo lo que dejé escrito, ahí queda. Fíjate tú la importancia de esto que hacemos hoy. Cuando me llamaron ustedes y mi hijo Carlos me dijo que venían, yo dije: ¡Qué buena oportunidad! Porque es una última oportunidad de dar memoria, y yo sé que va a salir muy bien. Con todo lo que hemos hablado puedes escribir un libro. Muchos periódicos se han ido deteriorando moralmente, pero EL IMPULSO se mantiene intacto. Yo tengo un agradecimiento muy especial por ustedes. Siempre me han tratado bien. Es un periódico que hace su trabajo sin maldad.
-¿Cómo quisiera ser recordado, doctor?
-Yo creo que no voy a ser recordado por mis escritos, ni por lo que he hecho. En el fondo, yo creo que no voy a ser recordado por nada.
Le reveló que le hubiera gustado ser presidente de la República.